¿Qué significa 'bienaventurados los pacificadores'?

En el Sermón del Monte, Jesús comienza con una serie de afirmaciones relacionadas con el concepto de ser dichoso, conocidas como las Bienaventuranzas. La séptima Bienaventuranza es "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mateo 5:9). ¿De qué manera los pacificadores son "bienaventurados"? ¿Y quiénes son esos pacificadores?

En primer lugar, debemos entender lo que Jesús quiere decir con "bienaventurados". La palabra griega que se traduce "bienaventurado" en este versículo es una que también se traduce "feliz". Una persona bienaventurada tendrá gozo y satisfacción.

También, hay que comprender lo que es un "pacificador". La palabra griega simplemente indica una persona que hace o trabaja hacia la paz. Una persona solo puede trabajar por la paz si el mismo está en paz. Los creyentes tienen paz con Dios por medio de Jesucristo (Romanos 5:1). Dios es la fuente de la paz (Filipenses 4:7) y nos invita a demostrar paz en nuestras vidas (Gálatas 5:22; Romanos 12:18).

Si vivimos como pacificadores, seguiremos el ejemplo del propio Jesús. En Isaías 9:6 Él recibe el nombre de "Príncipe de la Paz". Efesios 2:14-16 revela que Jesús es nuestra paz porque ha reconciliado al judío con el gentil y a ambos con Dios. Jesús también ofrece esta paz a sus seguidores: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Juan 14:27).

Jesús dijo que los pacificadores son bienaventurados porque serán llamados hijos de Dios. En otras palabras, tendrán el honor de ser identificados como hijos del "Dios de paz" (Romanos 15:33). Vivir como hijo de Dios es tener la mejor relación del mundo. Es una relación que es posible gracias al Príncipe de Paz: "pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús" (Gálatas 3:26).

Un pacificador se empeña activamente por la paz. Ya se trate de la paz entre dos personas o entre dos naciones, nuestro mundo tiene mucha necesidad de aquellos que representan el corazón de Dios para llevar la paz a las relaciones rotas. Aquellos que ayudan en tales esfuerzos hallarán gozo en la experiencia de ver a las personas reconciliadas entre sí y con Dios. Cada creyente debería ser un pacificador a la hora de difundir las buenas nuevas que dicen que la paz con Dios es posible. "Paz" fue parte del mensaje de los ángeles a los pastores cuando nació Jesús (Lucas 2:14). La "paz" forma parte de nuestro mensaje al mundo porque Dios "nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación" (2 Corintios 5:18).