¿De qué manera las personas son atraídas a la salvación?

Jesús dijo en Juan 6:44 que "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere". ¿Qué significa que Dios debe atraer a alguien a la salvación?

Primero, Romanos 3:10 es claro: "No hay justo, ni aun uno". Cada persona tiene una naturaleza pecaminosa y no desearía acercarse por fe a Jesús a no ser que Dios primero pusiera el deseo en el corazón de la persona.

Segundo, en cierto sentido Dios ha llamado a todas las personas a la salvación. Por ejemplo, Romanos 1:20 dice: "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa". Dios se ha revelado a través de Su creación, proporcionando una amplia evidencia de Su existencia y de la espera para que la gente le adore. El Salmo 19:1-3 también retoma esta idea cuando afirma: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz".

En tercer lugar, Dios llama a quienes acuden a Él en busca de salvación. Además de la revelación general de Dios para todas las personas, la Biblia enseña que Él redarguye a las personas de pecado (Juan 16:8). Dios también nos da el mensaje del evangelio que nos impulsa a creer en Jesús como Señor. Por ejemplo, cuando Pedro predicó el Día de Pentecostés, leemos: "Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37). Estas personas fueron atraídas a la salvación al escuchar el mensaje del Evangelio y el Espíritu de Dios. El resultado fue que muchos creyeron y se salvaron aquel día (Hechos 2:41).

Muchas personas luchan con la relación entre el hecho de que Dios "atraiga" a una persona a la salvación y la decisión humana que se requiere para creer en Jesús como Señor. La Biblia presenta ambos aspectos como esenciales para la salvación. Sin embargo, es claro que es Dios quien inicia el proceso, provee el camino de salvación a través de Jesús, y provee la fe necesaria para que una persona crea en Su nombre. Cada parte del proceso se debe a la gracia de Dios, aunque la fe en Cristo implica una respuesta humana.

Efesios 2:8-9 es un maravilloso resumen de este proceso: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". La salvación es un don que Dios nos da por Su gracia. La recibimos por la fe, experimentando la salvación que sólo Dios nos puede dar.