El término “arcángel”, que significa “ángel principal”, se utiliza específicamente solo para Miguel en la Biblia. Es un ser espiritual de alto rango, destacado por su papel prominente en la guerra espiritual y la intervención divina. No se sabe con certeza si hay un solo arcángel —Miguel— o varios. El arcángel Miguel es un importante agente de la voluntad de Dios, que lucha en la guerra espiritual y actúa en nombre del pueblo de Dios de acuerdo con Su voluntad. En última instancia, sin embargo, Dios es quien está por encima de los arcángeles y quien nos protege.
Aunque la Biblia solo menciona explícitamente a un arcángel por su nombre —Miguel—, esta única referencia revela una profunda verdad sobre la protección de Dios y Su plan general. El papel de Miguel como arcángel, implicado en batallas espirituales y en la defensa del pueblo de Dios, pone de relieve que la protección divina es una parte esencial del gran plan de Dios. Aunque no veamos todo el alcance de la guerra espiritual o de la intervención divina, Dios sigue siendo nuestro protector definitivo. Los arcángeles, como Miguel, actúan al servicio de la voluntad de Dios, asegurando que se lleven a cabo Sus planes para nuestra protección y liberación. Sin embargo, es Dios quien en última instancia nos protege. El Salmo 121:5 dice que Él es nuestro protector y guardián, que nos proporciona vigilancia y sombra constantes. En Isaías 41:10, Dios asegura a Israel Su apoyo y protección, prometiendo fuerza y ayuda. Él es el mismo Dios hoy, y en Cristo también tenemos la seguridad de Su protección y cuidado (Romanos 8:26-39). Proverbios 18:10 nos dice que “El nombre del SEÑOR es torre fuerte, A ella corre el justo y está a salvo”. Esta seguridad nos anima a confiar en la soberanía de Dios y a contar con Su protección divina en nuestras vidas, sabiendo que Él obra activamente por nuestro bien.