¿Cómo puedo superar la apatía espiritual?

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En resumen:

La apatía espiritual puede afectar incluso a los cristianos de toda la vida. Se puede recuperar el entusiasmo espiritual confesando y arrepintiéndose de los pecados recurrentes, orando en busca de ayuda, apoyándose en el Espíritu Santo y compartiendo con otros creyentes.

Del Antiguo Testamento

  • Sansón, juez de Israel, rompió su voto nazireo y pecó al buscar relaciones sexuales y matrimoniales con mujeres filisteas que se contaban entre los enemigos de Israel. Jueces 16:20 describe el resultado del pecado de Sansón: “Y ella dijo: ‘¡Los filisteos sobre ti, Sansón!’. Y él despertó de su sueño, y dijo: ‘Saldré como las otras veces y me escaparé’. Pero no sabía que el SEÑOR se había apartado de él”. El pecado nos separa espiritualmente del Señor.
  • Confesar el pecado renueva nuestra relación con Dios, como hizo David en el Salmo 51:10-12: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de Tu presencia, Y no quites de mí Tu Santo Espíritu. Restitúyeme el gozo de Tu salvación, Y sostenme con un espíritu de poder”. David equiparó el perdón del pecado con el gozo restaurado de su salvación. Cuando eliminamos el pecado de nuestras vidas, Dios restaura nuestros corazones y volvemos a encontrar gozo en Él.

Del Nuevo Testamento

  • Primera de Juan 1:6 habla de cómo el pecado daña nuestra relación con Dios: “Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad”.
  • Santiago 4:8 aconseja a los creyentes: “Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo, purifiquen sus corazones”. Dios nos ha dado los medios para “acercarnos” a Él: el arrepentimiento, la oración, el estudio de Su Palabra y la iglesia.
  • En Apocalipsis 3:15-16, el mensaje de Jesús a la iglesia de Laodicea se dirige a su apatía espiritual: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca”. Continúa diciendo que su riqueza y prosperidad debilitaron su confianza en Dios, conduciéndolos a la apatía espiritual (Apocalipsis 3:17).

Implicaciones para hoy

Sentir adormecimiento en la silla del dentista es una bendición, pero sentirlo en tu vida espiritual es un problema. Los cristianos pueden pasar por momentos en que la indiferencia reemplaza la pasión y el celo que una vez tuvieron hacia Dios. Una persona espiritualmente apática puede prepararse para ir a la iglesia el domingo por la mañana sin ningún entusiasmo. El servicio se convierte en una serie de rituales: ponerse de pie, cantar himnos, mostrar una sonrisa y repetir el ciclo la semana siguiente. Las oraciones en casa se vuelven apresuradas y repetitivas. El atractivo del teléfono inteligente empieza a sustituir a la lectura diaria de la Biblia. Si esto te suena familiar, examínate. ¿El pecado recurrente está corrompiendo tu relación con Dios? Como dice la letra de un viejo himno: “Llévalo al Señor en oración”. Nuestro omnisciente Señor conoce tu pecado y tu actitud espiritual, y quiere que lo pongas todo ante Él en oración. Confiesa tu pecado y pídele perdón. Incluso si el pecado no es la causa de la apatía, pídele a Dios que te devuelva el celo por Él que una vez tuviste. Dios se complace cuando buscamos fervientemente Su voluntad (Hebreos 11:6). Así como los apóstoles le pidieron a Jesús que aumentara su fe (Lucas 17:5), tú puedes pedirle al Señor que aumente tu celo espiritual. La Biblia muestra que la apatía espiritual no tiene por qué ser una condición permanente.

Comprende

  • La apatía espiritual a menudo proviene del pecado; el arrepentimiento restaura nuestra relación con Dios.
  • La indiferencia espiritual que conduce a la apatía también nos llama a arrepentirnos y volver a Dios.
  • La comunión con los creyentes, dar prioridad al crecimiento espiritual y buscar a Dios combaten la apatía.

Reflexiona

  • En tu experiencia, ¿cuándo y cómo se ha instalado la apatía espiritual en tu vida, y cómo has respondido a ello?
  • ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste verdaderamente apasionado y entusiasmado por tu relación con Dios? ¿Qué puedes hacer para reavivar ese celo?
  • ¿Cómo influye tu participación en la comunión con otros creyentes en tu entusiasmo espiritual?

Ponlo en práctica

  • ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que puedes ayudar a otros a superar la apatía espiritual?
  • ¿Cómo crea el pecado distancia entre los creyentes y Dios, y por qué es vital el arrepentimiento para la renovación espiritual?
  • ¿Cómo afecta la apatía espiritual en la iglesia al culto colectivo y al testimonio que das en el mundo?