¿Qué son los ángeles según la Biblia?

Del Antiguo Testamento

• Los ángeles son seres creados (Nehemías 9:6; Colosenses 1:16). Son un tipo de criatura totalmente distinto de los humanos.
• Los ángeles son seres espirituales (2 Reyes 6:16-17) y no tienen cuerpo físico, aunque parece que pueden adoptar una forma física (Génesis 19:1).
• Los ángeles están ante Dios en Su presencia (Job 1:6; 2:1).
• En el Antiguo Testamento, a menudo se describe a los ángeles como ejecutores de la voluntad de Dios y transmisores de Sus mensajes. Por ejemplo, un ángel o el Ángel del Señor impidió que Abraham sacrificara a Isaac (Génesis 22:11-12), los ángeles visitaron a Lot para advertirle de la destrucción de Sodoma (Génesis 19:1-22), y un ángel proporcionó alimento y aliento a Elías (1 Reyes 19:5-7).
• También se describe a los ángeles como adoradores de Dios. En Isaías 6:3, se representa a los serafines de pie sobre el trono de Dios, y “el uno al otro daba voces, diciendo: «Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, Llena está toda la tierra de Su gloria»”. Del mismo modo, en Nehemías 9:6, se menciona que el “ejército del cielo” adora a Dios.
• Ni los ángeles buenos ni los malos poseen un conocimiento ilimitado (Job 38:4-7; véase también 1 Pedro 1:12). No pueden estar en todas partes a la vez y no son tan poderosos como Dios (Job 1:6-7).
• Los ángeles comprenden muy bien a la humanidad por haber vivido desde los días de la antigüedad.
• La Biblia nunca dice que los ángeles hayan sido creados a imagen de Dios, como los humanos (Génesis 1:26).

Del Nuevo Testamento

• El Nuevo Testamento ofrece varias perspectivas sobre la naturaleza, las funciones y las actividades de los ángeles. Los ángeles, tanto caídos como no caídos, se describen como seres inteligentes (Mateo 8:29; 2 Corintios 11:3; 1 Pedro 1:12), son seres emocionales (Lucas 2:13; Santiago 2:19; Apocalipsis 12:17) y cada uno tiene una personalidad y voluntad individuales (Lucas 8:28-31; 2 Timoteo 2:26; Judas 1:6).
• El Nuevo Testamento también describe a los ángeles como seres espirituales (Hebreos 1:14) que pueden adoptar forma humana (Hechos 1:10-11; Hebreos 13:2).
• El Nuevo Testamento revela a los ángeles como mensajeros (Lucas 1:26-28), espíritus ministradores (Hebreos 1:14) y espíritus que proporcionan protección a los seres humanos (Hechos 12:7).
• Los ángeles, como todos los seres creados, están sujetos a la voluntad de Dios y cumplen Sus propósitos. Son movilizados por Dios para acudir en ayuda de los creyentes (Hebreos 1:14) y también hacen muchas otras cosas, como alabarle y adorarle (Hebreos 1:6; Apocalipsis 5:8-14). Los ángeles se regocijan en las obras de Dios y le sirven (Apocalipsis 22:9). Proclaman los juicios de Dios (Apocalipsis 7:1, 8:2). Ministran a los seres humanos y a veces dan respuesta a las oraciones (Hechos 8:26; 10:3; 12:5-10). Observan el trabajo y los sufrimientos de los cristianos (1 Corintios 4:9; 11:10; Efesios 3:10; 1 Pedro 1:12). Animan (Hechos 27:23-24) y cuidan de los creyentes cuando mueren (Lucas 16:22).
• Los ángeles creados al principio de los tiempos que son leales a Dios todavía están con Él (Mateo 18:10; Apocalipsis 5:11). Los ángeles que cayeron al principio siguen caídos, algunos encadenados hasta el día del juicio (2 Pedro 2:4). Tanto los ángeles santos como los demonios (ángeles caídos) pueden venir a la tierra.
• Los ángeles comprenden la Biblia y el mundo, y creen en las profecías de Dios (Santiago 2:19; Apocalipsis 12:12). Incluso los ángeles caídos, que odian a Dios, no son ateos; saben que Dios existe (Marcos 1:23-24; Santiago 2:19).
• El Nuevo Testamento también confirma que tanto los ángeles buenos como los malos no poseen un conocimiento ilimitado (Mateo 24:36) y no son tan poderosos como Dios (Hebreos 1:4-5).
• Hay un número limitado de ángeles y no se reproducen (Mateo 22:30; Lucas 20:34-36).
• Satanás (Lucifer) sigue siendo solo un ángel, un ser creado, y aunque tiene poder como gobernante del mundo (Juan 12:31), no es ni de lejos tan poderoso como Dios. Su muerte es segura (Apocalipsis 20:10).

Implicaciones para hoy

Los santos ángeles nos ofrecen un profundo ejemplo de cómo vivir nuestra fe a través de su sumisión a Dios y su reverencia a Su majestad. Su inquebrantable obediencia a la autoridad de Dios nos incita a reflexionar sobre dónde podríamos estar resistiéndonos a Su voluntad en nuestras propias vidas. Isaías 6:3 describe la implacable proclamación de la santidad de Dios por parte de los serafines, instándonos a adoptar un temor y un reconocimiento similares de Su soberanía suprema. Ver a Dios tal como es y entregarle nuestras vidas transforma por completo nuestras acciones cotidianas, infundiéndoles humildad, reverencia, asombro y un compromiso más profundo con los propósitos de Dios. Al reflejar la devoción y reverencia de los ángeles, nos acercamos a la voluntad de Dios y encontramos renovada fuerza y dirección en Su divina presencia.