¿Qué dice la Biblia?
Uno de los mejores ejemplos que podemos utilizar a la hora de extender el amor a quienes no nos caen bien es la parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37). Al igual que el samaritano de la historia, estamos llamados a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Marcos 12:30-31), incluso a aquellos que pueden odiarnos (Lucas 6:27-28). Al mismo tiempo, el amor no equivale a la confianza. Podemos seguir el ejemplo de Jesús de abandonar situaciones peligrosas sin dejar de extender el amor (Juan 5:13; 6:15). El amor principal que debemos seguir en nuestra vida es el amor ágape, que es el amor que Cristo nos mostró (Juan 13:34; Romanos 5:8; 1 Juan 4:19). El amor ágape es un amor desinteresado, a menudo sacrificial, que mira por los intereses de los demás y actúa para satisfacerlos. Todos los días debemos esforzarnos por ver a las personas a través de la lente de Jesús para poder amarlas con Su amor único (2 Corintios 5:19-21; Gálatas 5:22-23). A veces, amar a las personas que no nos agradan es sumamente difícil; en tales situaciones, debemos pedir la sabiduría, el discernimiento y la dirección de Dios mientras nos esforzamos por seguir Su ejemplo de amor ágape (Santiago 1:5).