¿Qué es alabar a Dios?

El diccionario define la palabra alabar como "glorificar, especialmente mediante la atribución de perfecciones". Dios es absolutamente perfecto en todos los aspectos, lo cual significa que es digno de alabanza. La Biblia ordena a toda criatura viviente que alabe al Señor (Salmo 150:6). Hay tres palabras hebreas que se encuentran en la Biblia que explican la alabanza con ciertos significados. Estas palabras son yadah, que significa "alabar, dar gracias o confesar"; zamar, que significa "cantar alabanzas"; y halal, que significa "alabar, honrar o ensalzar". Los tres términos indican dar gracias y honrar a quien merece aclamaciones.

Los Salmos están llenos de alabanzas y cantos de David a Dios. David alaba a Dios porque es justo (Salmo 7:17), poderoso (Salmo 21:13), libertador (Salmo 18:3) y santo (Salmo 22:3). Proclama, con euforia y repetición, "Cantad a Dios, cantad; cantad a nuestro Rey, cantad; porque Dios es el Rey de toda la tierra; cantad con inteligencia" (Salmo 47:6-7).

El Salmo 150 sirve para aprender dónde, por qué y cómo alabar. El primer versículo dice: "Alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento". Puedes alabar a Dios en cualquier lugar. Él siempre está presente para escuchar. El segundo versículo dice que lo alabamos "por sus proezas" y "según su grandeza". El Salmo 150:3-6 enfatiza que debemos alabar al Señor con instrumentos y danzas, y que todo lo que tenga aliento debe alabar a Dios. Debemos alabarlo a través de todos los medios de expresión que tenemos. Los Salmos también dan ejemplos sobre cuándo alabar. David alaba a Dios cuando está alegre, asustado y enojado. Él demuestra que cada situación es una oportunidad para alabar a Dios.

En el Nuevo Testamento también encontramos la alabanza. Lucas 1:46-55 narra el canto de alabanza de María al saber que daría a luz al Mesías. Los Evangelios están llenos de alabanzas cuando Jesús sanó a muchos y los salvó de sus males (Lucas 17:18; 19:37). Después de presenciar los milagros y el amor de Cristo, las multitudes alababan a Jesús como el Hijo de Dios, y hablaban del maravilloso poder de Dios. La iglesia primitiva también dio ejemplos de personas que alababan a Dios en grupos. La iglesia primitiva hizo énfasis en adorar y alabar a Dios juntos (Hechos 2:42-47). Hasta las cartas de Pablo incluyen alabanzas a Dios, escritas como si el agradecimiento saliera de su corazón a sus cartas (1 Timoteo 3:14-16; Filipenses 1:3-11).

La Biblia también habla de la alabanza como una acción futura, cuando el pecado sea eliminado de nuestro mundo. Apocalipsis describe a todo el pueblo de Dios alabándolo con alegría, porque "ya no habrá más maldición..." (Apocalipsis 22:3). Todo el pueblo de Dios se reunirá para alabar al Señor para siempre. El tiempo que pasamos en la tierra alabando a Dios en cualquier situación es una preparación para las maravillosas cosas que vendrán.