¿Debemos adorar al Espíritu Santo?

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En resumen:

La Biblia enseña la doctrina de la Trinidad, es decir, que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Dios, aunque no se utilice el término “Trinidad”. Como parte de la Deidad, el Espíritu Santo merece nuestra adoración.

Del Antiguo Testamento

  • Deuteronomio 6:4-5 enseña claramente que solo debemos adorar a Dios: “Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza”. Pero otras partes de la Escritura muestran que este Dios único consta de tres Personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo (Mateo 28:19). Por eso, cuando adoramos a Dios, estamos adorando al Espíritu Santo.
  • Después de que Dios salvó a David de sus enemigos, este lo alabó en el Salmo 18:3: “Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado, Y soy salvo de mis enemigos”. Dios es digno de ser alabado, y eso incluye a todos los miembros de la Deidad.

Del Nuevo Testamento

  • En muchos pasajes bíblicos, como Juan 15:26, se hace referencia al Espíritu Santo como una Persona. Jesús dijo a Sus discípulos: “Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de Mí”. El Espíritu Santo es coigual a Dios Padre y a Dios Hijo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14).
  • Pablo termina su segunda carta a los Corintios con esta bendición en 13:14: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes”. En este pasaje, Pablo menciona a los tres miembros de la Trinidad, incluido el Espíritu Santo. Cuando adoramos a Uno, los adoramos a Todos.
  • La naturaleza personal del Espíritu Santo se manifiesta en que puede ser entristecido, como se indica en Efesios 4:30: “Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la redención”. Del mismo modo que Dios Padre y Jesús podían entristecerse (Génesis 6:6; Marcos 3:5; Juan 11:35), también puede hacerlo el Espíritu Santo, lo que demuestra Su condición de coigual.

Implicaciones para hoy

Cualquier feligrés ha recitado alguna vez la tradicional Doxología: “A Dios el Padre, Celestial, / Al Hijo, nuestro Redentor, / Y al eternal Consolador, / Unidos todos alabad”. Estas palabras son tan familiares que probablemente las hayas memorizado. Pero, afortunadamente, no son tan familiares como para vaciarlas de significado. El sentido de la Doxología es importante: el Espíritu Santo es tan digno de alabanza como el Padre y el Hijo. El Espíritu es el “Consolador” que Jesús prometió enviar a Sus seguidores (Juan 15:26). El Espíritu nos capacita para hacer lo que no podríamos lograr por nuestras propias fuerzas (Romanos 8:26-27). En los países occidentales, los mensajes sobre el autoempoderamiento a veces pueden nublar la comprensión de los creyentes sobre la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Un buen ejemplo de esto son las dudas que algunos creyentes tienen sobre la evangelización. Pueden sentirse inseguros sobre qué decir o dudar de su habilidad para convencer a los demás. Pero, en última instancia, todos los creyyentes deben darse cuenta de que no es nuestra elocuencia o habilidad para argumentar lo que atrae a los demás, sino la obra del Espíritu Santo. Afortunadamente, la Biblia muestra que Dios nos permite participar en esta obra del reino, pero no nos deja solos, porque el Espíritu actúa en nosotros para cumplir la voluntad de Dios. Somos responsables de prepararnos para hacer la voluntad de Dios, pero el éxito o el fracaso en la evangelización no dependen de nosotros. Cuando nos damos cuenta de esto, no podemos evitar estar agradecidos por la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. De hecho, el Espíritu Santo puede y debe ser adorado como Dios.

Comprende

  • El Espíritu Santo es Dios y es digno de adoración.
  • Las Escrituras afirman la divinidad del Espíritu Santo y Su papel en la Trinidad.
  • Adorar a Dios incluye adorar al Espíritu Santo.

Reflexiona

  • ¿Cómo cambia tu forma de adorar el hecho de reconocer que el Espíritu Santo es plenamente Dios?
  • ¿Cómo has visto actuar al Espíritu Santo en tu vida?
  • ¿Cómo puedes reconocer y honrar intencionalmente al Espíritu Santo en tu caminar diario con Dios?

Ponlo en práctica

  • ¿Por qué algunos cristianos dudan en adorar directamente al Espíritu Santo?
  • ¿Cómo influye la enseñanza bíblica sobre la Trinidad en nuestra forma de entender la adoración?
  • ¿Qué papel desempeña el Espíritu Santo al guiarnos y capacitarnos para adorar a Dios?