¿Dice la Biblia algo sobre la adicción al trabajo?

La "adicción al trabajo" es la práctica de ser devotos de una carrera, trabajo o ministerio hasta el punto de la obsesión. A menudo, los adictos al trabajo se dedicarán a su trabajo sin que les quede energía para nada más en sus vidas. Rara vez descansan e incluso pueden comenzar a ver a los amigos a la luz de su carrera más que como amigos. Si bien la Biblia no menciona específicamente la adicción al trabajo, los principios bíblicos pueden arrojar luz sobre cómo debemos tratar la adicción al trabajo.

Por naturaleza, el trabajo no es malo, y la Biblia incluso alienta el trabajo duro (Proverbios 6: 6). En Génesis 2:15 vemos que Dios colocó a Adán "en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara". El trabajo significativo es parte del diseño de Dios para los seres humanos. El trabajo del ministerio es importante; Jesús nos dijo que oremos por los trabajadores de la mies de Dios porque "la mies es mucha" (Lucas 10: 2). Sin embargo, como cristianos, el trabajo en sí no es el punto. En cambio, el trabajo es parte del plan de Dios para nuestras vidas. Es una parte que debemos hacer con diligencia, pero nuestro enfoque principal es Cristo y llegar a ser más como Él.

Dios también nos da el regalo del descanso y la recreación (Génesis 2: 2; Marcos 2:27). Quiere que pasemos tiempo en comunión con otras personas (Hebreos 10: 24-25). Constantemente se nos dice que nos amemos unos a otros. También se nos dice que pasemos tiempo a solas con Dios, meditando en Su Palabra. Si nuestro trabajo nos consume, perdemos la relación cercana con Dios y con los demás.

Muchas veces una persona se vuelve adicta al trabajo debido a la ansiedad. Jesús nos asegura que Dios conoce nuestras necesidades y nos proveerá (Mateo 6: 25–34). Ciertamente debemos trabajar y no ser perezosos (2 Tesalonicenses 3: 10-12), pero no necesitamos dedicar ansiosamente todo lo que somos a nuestro trabajo. En cambio, nuestros corazones están dedicados a Dios. Nuestro trabajo se realiza en sumisión a Él y para Su gloria.

Otras veces, la adicción al trabajo está motivada por la codicia. Se nos advierte que el amor al dinero es la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10). Jesús animó a sus seguidores a acumular tesoros en el cielo (Mateo 6: 19-21). Nuestros cheques de pago no tienen valor eterno. El dinero es una herramienta necesaria y útil en esta vida, pero el dinero no puede comprar significado. Cuando trabajamos solo para inflar nuestras cuentas bancarias, no invertimos en cosas con verdadero valor eterno.

Poner amor en cualquier cosa por encima de Dios lo convierte en un ídolo. A lo largo de las Escrituras se nos ordena amar a Dios sobre todo lo demás (Mateo 22:37). Cuando el trabajo, incluso el trabajo del ministerio vocacional, se convierte en una obsesión, ha tomado el lugar que le corresponde a Dios en nuestras vidas.

El recordatorio de Pablo a los Colosenses también es un gran recordatorio para nosotros: "Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él." (Colosenses 3:17). Hacer nuestro trabajo en el nombre del Señor y dar gracias por la oportunidad de trabajar es una excelente manera de centrar nuestro trabajo en Cristo. Cuando vemos nuestro empleo como una oportunidad para promover el Reino de los Cielos, reenfocamos nuestra percepción de nuestro trabajo para glorificar a Dios. Cuando estamos más enfocados en Cristo que en nuestro trabajo o carreras, nos preparamos para mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida. Si nuestros trabajos consumen tanta energía que Jesús pierde el predominio sobre nuestras vidas, tenemos el problema de estar creando un ídolo de nuestro trabajo.