¿Cuál es la perspectiva bíblica del abuso verbal?

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En resumen:

El abuso verbal es un pecado. Nuestra forma de hablar —tanto nuestras palabras como la manera en que las comunicamos— refleja nuestro corazón y tiene un impacto significativo en los demás. Somos responsables de nuestra comunicación; como creyentes, debemos asegurarnos de que nuestra manera de hablar defienda la verdad y el amor de Dios.

Del Antiguo Testamento

  • Proverbios 18:21 dice: “Muerte y vida están en poder de la lengua, Y los que la aman comerán su fruto”.
  • Proverbios 15:4 dice: “La lengua apacible es árbol de vida, Pero la perversidad en ella quebranta el espíritu”. Está claro que nuestras palabras tienen el potencial de causar un gran impacto.

Del Nuevo Testamento

  • La Biblia tiene mucho que decir sobre el poder de las palabras. Mateo 12:36 advierte que cada palabra que pronunciamos es importante para Dios, y que somos responsables de cómo nuestra forma de hablar refleja nuestro corazón e influye en los demás.
  • Santiago 3 habla extensamente de domar la lengua. La compara con el freno en la boca de un caballo y con el timón de un barco: pequeña, pero muy poderosa. También escribe: “Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida. [...] pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la semejanza de Dios. De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así” (Santiago 3:6-10).
  • En lugar de usar nuestras palabras para maldecir, estamos llamados a usarlas para dar vida a otros. Efesios 4:29 dice: “No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan”.
  • Colosenses 4:6 dice: “Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona”.
  • A los padres se les instruye que no exasperen a sus hijos, sino que los críen en la disciplina e instrucción del Señor (Efesios 6:4).
  • Colosenses 3:21 dice: “Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten”. Las palabras son una gran fuente de aliento o desaliento para los hijos.
  • Pablo incluye la importancia de un hablar ejemplar en sus instrucciones a Timoteo: “Nadie te menosprecie por tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12). El abuso verbal es claramente contrario a la Biblia.

Implicaciones para hoy

Si te encuentras en una situación de maltrato verbal, comunícaselo a alguien. Es posible que las autoridades no puedan ayudarte, pero tus amigos, el personal de la iglesia o un centro de acogida pueden proporcionarte la ayuda que necesitas. Si el abuso verbal se ha convertido en abuso físico o sexual, informa a las autoridades competentes. En Estados Unidos, la Línea Nacional de Violencia Doméstica (National Domestic Violence Hotline) puede ayudar con información y recursos. Su número es 1-800-799-7233. También puedes encontrarla en línea en http://www.thehotline.org/. (NOTA: Ten en cuenta que el uso de la computadora puede ser monitoreado, así que si no es seguro para ti visitar el sitio web, por favor no lo hagas). Cuando hay violencia doméstica, la seguridad es el primer paso. Considera que los niños que presencian cualquier tipo de abuso, incluso si no son el objetivo, experimentan el trauma de la situación y también necesitarán apoyo. ¿Cómo puede una persona recuperarse del maltrato verbal? A menudo, la clave está en sustituir los mensajes del abuso por la verdad de la Palabra de Dios. Dependiendo de la gravedad, esto puede requerir la ayuda de un consejero profesional o puede hacerse en gran parte entre la persona y Dios. Estar en comunidad con otros que afirman la verdad de la Palabra de Dios será de gran ayuda. El proceso de sanación probablemente estará cargado de emociones, incluyendo muchas que son incómodas, particularmente al principio. La persona abusada puede incluso cuestionar la bondad de Dios. Sentir ira o traición es aceptable, e incluso necesario. Llevar estas emociones a Dios, poner el dolor a Sus pies y pedirle que revele la verdad traerá finalmente la sanación. Eventualmente, la persona abusada necesitará llegar a un punto de perdón hacia el abusador, pero esto será un proceso gradual permitido por el Espíritu Santo. Descansar en la verdad de Dios —Su amor, Su redención, lo que Él dice que somos en Él, Su soberanía, etc.— será de vital importancia. ¿Hay esperanza para aquellos que han abusado verbalmente de otros? Sí. Dios es capaz y está dispuesto a perdonar. Él es capaz de cambiar los corazones. Su verdad es tan válida para los que han abusado como para los que han sido abusados. Algunos pueden abusar de otros porque no han reconocido su propia necesidad de Dios. Otros pueden convertirse en abusadores porque ellos mismos han sido abusados. Sea cual sea el motivo, Dios puede revelar la verdad, extender el perdón, producir la sanación necesaria y provocar el cambio. El abuso verbal es grave y constituye una ofensa a Dios. Cualquier forma de abuso niega la dignidad de las personas hechas a Su imagen. Dios no se desentiende de Sus víctimas. Salmo 34:18 asegura: “El SEÑOR está cerca de los quebrantados de corazón, Y salva a los abatidos de espíritu”.

Comprende

  • El abuso verbal es un pecado grave que contradice el mandato bíblico de usar las palabras para edificar a los demás, no para destruirlos.
  • Nuestras palabras tienen el poder de dar vida o causar daño, y Dios nos hace responsables de cómo hablamos a los demás.
  • La Biblia anima a tener un hablar lleno de gracia y edificación, y advierte contra el uso de las palabras como armas para menospreciar o controlar.

Reflexiona

  • ¿Cómo reflejan tus palabras el estado de tu corazón y tu relación con Dios?
  • ¿Ha habido momentos en los que te ha resultado difícil controlar lo que decías? ¿Cuál fue el impacto en quienes te rodean? ¿Cuál fue el impacto en tu propio corazón?
  • ¿Cómo puedes utilizar tus palabras para animar y edificar a los demás en lugar de dañarlos o menospreciarlos?

Ponlo en práctica

  • Como comunidad, ¿cómo podemos apoyar a quienes han sufrido abuso verbal y ayudarles a sanar?
  • ¿Por qué crees que la Biblia pone tanto énfasis en domar la lengua y evitar las palabras dañinas?
  • ¿Qué medidas prácticas puedes tomar para alinear tu forma de hablar con los principios bíblicos de gracia, amor y verdad?