¿Qué dice la Biblia?
La Torre de Babel, situada en la tierra de Sinar, fue construida por la humanidad después del diluvio. El objetivo de los constructores era alcanzar el cielo y hacerse un nombre. Este acto de orgullo desafió el mandato de Dios de llenar la tierra. Dios, al ver su unidad y ambición, confundió su lenguaje, dispersándolos por la tierra y frustrando sus planes. Este acontecimiento ilustra las consecuencias del orgullo humano y la importancia de obedecer a Dios. El relato enseña humildad y obediencia; también pone de relieve la soberanía de Dios. Hechos 2:1-13 contrasta con Babel, mostrando que a través del Espíritu Santo, personas de diversos orígenes pueden unirse, enfatizando la obra redentora de Dios y la unidad a pesar de las diferencias.