¿Qué sabemos de San Agustín de Hipona?

Sabemos mucho de Agustín porque escribió mucho, sobre todo Confesiones, su autobiografía, y i, un mensaje para alentar a los cristianos después que los visigodos saquearan Roma en el año 410 d.C..

A Agustín se le conoce por sus numerosos aportes a la doctrina cristiana. Sin embargo, no siempre siguió a Cristo.

Agustín nació en Thagaste (actual Argelia) en el año 354 d.C.. De adolescente, estudió en Cartago. A los 30 años, Agustín era un destacado académico en el mundo latino. Enseñó retórica en la corte imperial de Milán y llevó una vida hedonista. Tuvo al menos dos amantes. Criado por una madre cristiana y un padre pagano, Agustín abandonaría la fe cristiana, seguiría el maniqueísmo (una visión dualista del bien y el mal que compiten por la supremacía en la tierra) durante un tiempo y luego se entregaría plenamente al cristianismo.

Agustín regresó a Thagaste después de su conversión en el año 387 d.C.. Se hizo sacerdote y luego obispo de Hipona. Tras vivir la mayor parte del resto de su vida de forma monástica, murió a los 76 años en el 830 d.C.

Agustín se inspiró en las obras de Virgilio, Cicerón y Aristóteles. La obra de Agustín influyó a su vez en los filósofos seculares Kierkegaard y Nietzsche, así como en personalidades eclesiásticas como Tomás de Aquino, Bernardo de Claraval, Martín Lutero y Juan Calvino.

Los escritos de Agustín sobre filosofía, teología y otras reflexiones han tenido una amplia repercusión. Sus planteamientos sobre la memoria y la naturaleza del tiempo siguen enmarcando el pensamiento moderno sobre estos temas. Desde el punto de vista teológico, hizo nacer y avanzar la idea de que Dios existe fuera del tiempo, en la eternidad. Agustín también proclamó la defensa de los inocentes y la preservación de la paz como "guerra justa". Asimismo, Agustín formó la idea espiritual de que existe una Iglesia visible e invisible.

La doctrina reformada debe mucho a Agustín en los ámbitos de la predestinación, el pecado original, la esclavitud de la voluntad y la gracia eficaz. Los católicos romanos a veces identifican a Agustín como "el padre del catolicismo romano", y dicen que Agustín ayudó a sentar las bases del bautismo infantil, la virginidad perpetua de María y la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Los católicos consideran a Agustín un santo, aunque nunca fue canonizado formalmente. Es el patrón de cerveceros, impresores, teólogos y enfermos de la vista. Su fiesta se celebra el 28 de agosto en el calendario católico.

Paradójicamente, tanto para los protestantes como para los católicos, Agustín es una figura extremadamente influyente de la historia de la Iglesia, que aún sigue afectando a la Iglesia actual.