¿Cuál es la importancia de Ramá en la Biblia?

En hebreo, Ramá significa "lugar alto y elevado" o "la altura". Como los lugares altos están bien protegidos y permiten una buena vigilancia, Ramá también significa "fortaleza militar o atalaya". Hay cuatro ciudades en la Biblia con este nombre. Cuando las tribus de Israel recibieron su herencia, la tribu de Benjamín recibió una ciudad llamada Ramá que estaba a ocho kilómetros al norte de Jerusalén, en el límite de su territorio a lo largo de la frontera con Efraín (Josué 18:25). La tribu de Simeón recibió una ciudad llamada Ramá en el sur conocida como Ramat del Neguev (Josué 19:8). Tanto Aser como Neftalí también recibieron una ciudad llamada Ramá, aunque es posible que esas Ramás hayan sido la misma ciudad en la frontera que compartían las dos tribus (Josué 19:29, 36). Es precisamente la Ramá de Benjamín, en la región montañosa de Efraín, la que desempeña un papel importante en las Escrituras.

La jueza de Israel, Débora, "acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio" (Jueces 4:5). El último juez de Israel, Samuel, también procedía de Ramá. "Después volvía a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar al Señor" (1 Samuel 7:17). Cuando David tuvo que huir del rey Saúl, "escapó, y vino a Samuel en Ramá, y le dijo todo lo que Saúl había hecho con él. Y él y Samuel se fueron y moraron en Naiot" (1 Samuel 19:18). Así que la casa de Samuel en Ramá se convirtió en un refugio temporal para David. Cuando murió este último juez de Israel, "todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, su ciudad" (1 Samuel 28:3). Así pues, Ramá, en Benjamín, es una ciudad conocida por sus dos jueces gobernantes.

Al ser una ciudad fortificada en la frontera, Ramá de Benjamín también fue escenario de algunas batallas militares. El rey Baasa, del reino septentrional de Israel, había conquistado Ramá y planeaba hostigar al rey Asá y al pueblo del reino meridional de Judá convirtiendo Ramá en una fortaleza militar de dimensiones considerables. El rey Asa logró convencer al rey de Siria de que retirara su alianza con Israel y se aliara en cambio con Judá. "Oyendo esto Baasa, dejó de edificar a Ramá, y se quedó en Tirsa" (1 Reyes 15:21). El rey Asa hizo entonces que se llevaran las piedras y la madera que sobraban en Ramá para fortificar sus otras ciudades de Geba y Mizpa. Generaciones más tarde, el rey Joram de Judá luchó contra el rey de Siria en Ramá, donde resultó gravemente herido (2 Reyes 8:29; 2 Crónicas 22:6). Otras generaciones posteriores, cuando los babilonios conquistaron Judá y seleccionaron cautivos para exiliarlos en Babilonia, retuvieron a esos cautivos en Ramá durante un tiempo. Entre esos cautivos estaba el profeta Jeremías. Jeremías 40:1 dice: "Palabra del Señor que vino a Jeremías, después que Nabuzaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó estando atado con cadenas entre todos los cautivos de Jerusalén y de Judá que iban deportados a Babilonia." De esta manera, Ramá de Benjamín era una ciudad de importancia militar.

Ramá también era conocida y recordada como una ciudad en la Tierra Prometida donde el pueblo escogido de Dios estableció su hogar. Cuando terminó su tiempo de exilio y al pueblo se le permitió regresar a Judá, Ramá es una de las ciudades que aparecen como re-colonizadas (Esdras 2:26; Nehemías 7:30). Jesús nació a unos dieciocho kilómetros de allí, en Belén. Cuando Herodes mató a todos los niños menores de dos años, el evangelista Mateo declaró: "Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron" (Mateo 2:17-18).

Como ocurre con muchas ciudades, a Ramá se la recuerda por acontecimientos positivos y negativos. La matanza de niños y las numerosas batallas traen a la mente imágenes sombrías, aunque la bendición de dos jueces justos (uno de los cuales proporcionó refugio al rey David) hizo que Ramá mereciera ser repoblada y recordada como parte del hogar que Dios dio a Su pueblo escogido.