¿Por qué Dios es el Padre de las luces (Santiago 1:17)?

El título de que Dios es el Padre de las luces proviene de este versículo en el libro de Santiago: "Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17). Dios es el Padre de las luces porque Él mismo es luz; es el creador de la luz y la personificación de todo lo que es luz.

Dios es luz y habita en la luz (1 Timoteo 6:16). En Primera de Juan 1:5 se dice: "Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él". Simbólicamente, la luz representa lo que es bueno y las tinieblas lo que es malo (por ejemplo, Juan 1:5; 1 Tesalonicenses 5:4).

Dios creó la luz en el principio de los tiempos. No podría existir sin Él. En la Biblia, las primeras palabras registradas que Dios dijo fueron para crear la luz: "Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena" (Génesis 1:3-4a). Dios creó el universo, incluyendo todos los planetas, estrellas y galaxias. Por lo tanto, la expresión Padre de las luces puede utilizarse en un sentido más amplio para referirse a la creación por parte de Dios de las luces de los cielos y a Su dominio sobre ellas. Esta es una posible interpretación, pero no se encuentra en el pasaje original.

Se nos instruye a caminar en la luz: "Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Juan 1:6-7). Andar en la luz significa que, en vez de andar en las tinieblas del pecado, andamos en la luz de la honestidad, la pureza, el amor y la sabiduría. Dios, el Padre de las luces, también es nuestro Padre si somos Sus hijos por la fe en Jesucristo. Su luz, que se encuentra en Su Palabra, es nuestra guía (Salmo 119:105). En el libro del Apocalipsis, Dios promete a los que viven en Cristo que Él será su luz (Apocalipsis 22:5). Cuando permanecemos y caminamos con Dios, Su luz ilumina cada uno de nuestros movimientos.

Dios es el Padre de las luces en los cielos y el Padre que nos ilumina. Como Padre de las luces, es el autor y perfeccionador de todo lo que no es oscuridad. Tal como indica Santiago 1:17, en Dios no hay "sombra de variación". No nos dejemos engañar (Santiago 1:16), sino que confiemos y alabemos a nuestro Dios, que es el Padre de las luces y que "nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas" (Santiago 1:18).