¿Cuál es la importancia del Monte Carmelo en la Biblia?

El Monte Carmelo en la Biblia es en realidad una cadena montañosa en el norte de Israel. Tiene mas de 38 kilómetros de largo, y se extiende desde el Mar Mediterráneo en el norte, cerca de Haifa, hacia el sudeste, en el corazón de Israel. En sus puntos más altos, se eleva a más de 518 metros y es conocido por su exuberante vegetación. De hecho, el nombre Carmelo significa "viña de Dios" o "jardín de Dios", de las palabras hebreas kerem (viña/jardín) y el (Dios).

En Isaías 33:9 vemos que el monte Carmelo era conocido por sus hojas, y Jeremías 50:19 hace referencia al monte Carmelo como lugar de pasto para el ganado. Manantiales de agua lo surcan. El profeta Nahum advirtió a sus oyentes que, si Dios quiere, "hace secar, y agosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo" (Nahum 1:4, ver también Amós 1:2). Así que esta exuberante tierra montañosa depende de la provisión de Dios.

Al ser una cordillera de piedra caliza, la ladera del monte Carmelo también está llena de cuevas que se convirtieron en lugar de escondite. David, antes de convertirse en rey, se alojó en las cuevas del monte Carmelo y, con sus poderosos hombres, protegió a los pastores que trabajaban allí. Así conoció a su segunda esposa, Abigail (1 Samuel 25:2, 3, 20). El profeta Eliseo vivió allí cuando lo llamaron para sanar al hijo de la sunamita (2 Reyes 4:25). En tiempos del profeta Amós, las cuevas del Carmelo se conocían como escondites protectores, aunque Dios aseguró a Su pueblo que podría encontrarlos incluso allí (Amós 9:3).

El monte Carmelo también era conocido por su gran altura, ya que la cordillera se eleva sobre el mar Mediterráneo y el paisaje que lo rodea. Por esta razón, el amante del libro del Cantar de los Cantares le dijo a su amada: "Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo" (Cantar de los Cantares 7:5). Dios advirtió que un rey y su ejército se levantarían y "como Carmelo junto al mar, así vendrá" (Jeremías 46:18). Las elevadas alturas, las cuevas protectoras y las verdes laderas se combinan para hacer del Monte Carmelo una vista majestuosa (Isaías 35:2).

Lamentablemente, las elevadas alturas del Monte Carmelo también se convirtieron en lugares de adoración de ídolos. El rey Saúl erigió allí un monumento a sí mismo tras una victoria militar (1 Samuel 15:12). Muchos años después, había altares al falso dios Baal y a su diosa esposa Astoret en el monte Carmelo. Por este motivo, Elías eligió esta cordillera como lugar para desafiar a los sacerdotes de estos falsos dioses y mostrar al pueblo cuál era el Dios Verdadero (1 Reyes 18:19). En el relato más conocido sobre el Monte Carmelo, Elías dijo a los falsos sacerdotes que construyeran altares, prepararan sus sacrificios y suplicaran a su dios que les diera fuego para quemarlos. Después de que los sacerdotes no consiguieran invocar el fuego de su dios, Elías pidió que se derramara agua sobre el altar que había construido para el Único Dios Verdadero. Pidió que se vertiera tanta agua sobre él que la leña se saturó y el agua rebosó hasta derramarse en una zanja que había debajo. Cuando Elías oró al Dios Único y Verdadero, Dios envió fuego que consumió no sólo el sacrificio, sino también "la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja" (1 Reyes 18:38). El pueblo se postró sobre sus rostros y proclamó: ¡El Señor es el Dios, el Señor es el Dios! (1 Reyes 18:39). Asesinaron a los falsos sacerdotes y Elías oró para que Dios acabara con la sequía. Por eso, desde este monte, el ayudante de Elías miró hacia el mar Mediterráneo para ver si se acercaba una tormenta (1 Reyes 18:42-46). Así que, aquí en el monte Carmelo, Dios mostró Su poder a través de Elías, utilizando tanto un fuego consumidor como agua vivificante en forma de lluvia. Dios se reveló como el Único Dios Verdadero digno de toda nuestra adoración.

El Monte Carmelo, con su impactante historia, sus cuevas protectoras, sus elevadas alturas y su exuberante vegetación, es un ejemplo de majestuosidad, pero también un duro recordatorio de que Dios es soberano como Creador de esta cordillera y el único digno de nuestra adoración.