¿Cómo podemos decir que Jesús pagó el castigo por nuestros pecados?

Algunos han sugerido que la única manera en que Jesús pudo pagar la pena por nuestros pecados fue pasando la eternidad en el infierno. ¿Acaso esto es cierto? La respuesta es no, esto es falso. Jesús pagó por el castigo eterno de los pecados para todos aquellos que creyeran a través del único sacrificio que Él hizo en la cruz por el pecado.

Primera de Pedro 3:18 dice específicamente que Jesús sufrió una sola vez por nuestros pecados: "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios". Al ser Dios encarnado, pudo pagar la pena eterna del pecado humano mediante un único sacrificio.

En 1 Pedro 2:24, Pedro describe a Jesús como el siervo sufriente de Isaías 53, diciendo: "quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados". El sacrificio y las "heridas" de Cristo en la cruz fueron suficientes para pagar por nuestros pecados y ofrecernos la justicia.

Además de pagar el máximo precio de la muerte en la cruz, Jesús fue también el definitivo Ser que fue sacrificado. En otras palabras, el Dios perfecto en forma humana ofreció el sacrificio perfecto. Por consiguiente, ya se ha efectuado el pago completo por el pecado humano. Todo lo que queda es que aquellos que crean en Él reciban el don de la salvación (Juan 1:12; 3:16).

Antes de la muerte de Cristo, los sacerdotes judíos debían sacrificar periódicamente ofrendas por los pecados del pueblo. Sin embargo, Hebreos 10:11-12 afirma que esto cambió con el sacrificio de Jesús: "Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios".

Ya no era necesario realizar un sacrificio en repetidas ocasiones; el sacrificio de Cristo era y es suficiente para siempre. Hebreos 10:14 dice: "porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados".

Jesucristo, el Dios-hombre perfecto, pagó el precio perfecto y suficiente por el pecado. Los seres humanos finitos necesitarían pagar un precio infinito por su pecado contra el Dios infinito. Pero ya que Jesús es Dios, Él pudo hacer un pago único para cubrir nuestra ofensa infinita. En vez de vivir eternamente en el infierno para pagar por los pecados de la humanidad, pudo ofrecerse a sí mismo como un sacrificio único y perfecto. Los que creen en Él reciben la salvación, así como el perdón de los pecados, una vida abundante ahora (Juan 10:10) y la vida eterna con Él (Juan 3:16).