¿Por qué Jesús en la cruz oró 'Padre, perdónalos'?
En varias ocasiones, Jesús habló durante Su crucifixión. Una de sus declaraciones está registrada en Lucas 23:34: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Cuando Jesús en la cruz oró "Padre, perdónalos", estaba practicando lo que predicaba. En Mateo 5:43-44, Jesús había enseñado: "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen". Jesús no arremetió con ira contra sus verdugos, sin embargo, nos dejó un ejemplo de cómo debemos responder a cualquier persecución. En medio de la brutalidad, oró para que Dios perdonara a Sus asesinos. "Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas" (1 Pedro 2:20-21).
La oración de Jesús "Padre, perdónalos" dejó una gran impresión en Sus seguidores. No mucho después de la crucifixión y resurrección de Jesús, vemos que Esteban siguió el ejemplo de Cristo cuando lo apedrearon. "Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió" (Hechos 7:59-60).
La oración "Padre, perdónalos" revela el propósito de la muerte de Jesús: proveer la expiación para así poder perdonar los pecados. "Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree" (Hechos 13:38-39). Era normal que una persona que estaba siendo ejecutada confesara sus pecados, sin embargo, Jesús no tenía pecados que confesar. En vez de pedir perdón para sí mismo, pide perdón para los responsables de Su muerte.
La declaración completa de Jesús en la cruz se encuentra en el contexto de Lucas 23:33-34: "Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes". El contexto inmediato podría sugerir que la afirmación de Jesús "no saben lo que hacen" se refiere a los soldados romanos que simplemente cumplían órdenes. No tenían ni idea de quién era Él. Por todo lo que sabían, Él era realmente un criminal como los ladrones a su lado. Si bien es cierto que fueron crueles, no sabían que era un hombre inocente, y mucho menos el Hijo de Dios.
Ahora bien, la ignorancia que menciona Jesús abarca algo más que los soldados que estaban de servicio en la ejecución ese día. Los líderes judíos también actuaron con ignorancia. Ciertamente mostraron malicia cuando entregaron a Jesús a Pilato, pero no sabían que Jesús era el Mesías. Deberían haberlo reconocido, pero no lo hicieron: "Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, las cumplieron al condenarle. Y sin hallar en él causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase" (Hechos 13:27-28, énfasis añadido).
Más tarde los apóstoles predicaron que tanto el pueblo como los dirigentes podían recibir el perdón por su pecado. Pedro dice: "Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo" (Hechos 3:17-23, énfasis añadido).
Manifestando la inmensa gracia y misericordia de Dios, Jesús oró para que los responsables de Su crucifixión pudieran recibir el perdón. Vemos que el perdón de Dios se extendió a uno de los criminales que estaba colocado al lado de la cruz; empezó burlándose de Jesús, pero luego cambió de opinión y recibió la salvación (Lucas 23:39-43). Entre los líderes judíos, Nicodemo y José de Arimatea siguieron a Cristo (Juan 19:38-40). Incluso entre los soldados que estaban al pie de la cruz, un centurión hizo una declaración sobre el inicio de su fe (Lucas 23:47).
La oración de Jesús "Padre, perdónalos" no concedía el perdón sin el arrepentimiento y la fe, pero sí mostraba la compasión y la bondad que eran propias de Él. Y el tiempo en que se hace la oración es tan sorprendente como su contenido. Como señaló Spurgeon, "No era una oración por enemigos que le habían hecho un mal años antes, sino que era por quienes estaban allí asesinándole en ese momento. No a sangre fría oró el Salvador, después de haber olvidado el daño y de poder perdonarlo más fácilmente, sino que oraba mientras las primeras gotas rojas de sangre manchaban las manos que metían los clavos, cuando el martillo estaba todavía salpicado de coágulos de color carmesí, Su boca bendita pronunciaba la fresca oración cálida: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (del Sermón N.º 897, 24 de octubre de 1869, en el Tabernáculo Metropolitano de Newington, Londres).
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