¿Cuál es mi don espiritual?
Sobre dones espirituales, Pablo dice, “A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás.” (1 Corintios 12:7). Dones espirituales son talentos o habilidades dados a los Cristianos por el Espíritu Santo para servir a la iglesia. En un cuerpo compuesto de individuos creyentes, no tiene sentido que todas las personas tengan el mismo don – una iglesia compuesta de maestros, y ningún servidor, seria inefectiva. Entonces el Espíritu Santo distribuye los diferentes dones para que todas las necesidades de la iglesia sean cumplidas y que la gente de la iglesia pueda ser atendida (1 Corintios 12:11). Identificar nuestros dones espirituales es crucial si la iglesia funciona efectiva y eficientemente. Con frecuencia, nuestras pasiones de la vida se alinean con nuestros dones espirituales, pero a veces son completamente diferentes. Talentos naturales innatos no se deberían confundir con los dones del Espíritu. Consejos de los demás también es útil, porque tal vez no nos damos cuenta de cuando y en qué área estamos teniendo un efecto para Cristo. Preguntándole a Dios en oración es crucial, porque Él es quien distribuye los dones. Y hay varios libros y exámenes que se pueden usar como consejos.
Debemos tener en cuenta que los dones del Espíritu no son rígidos. Los dones pueden ser usados en diferentes maneras. Alguien con el don del servicio puede enseñar o unirse al grupo de adoración musical porque hay un puesto por cubrir. Alguien con el don de misericordia puede encontrarse cuidando a niños para una familia agobiada. Y alguien con el don de ánimo puede sentirse llamado a empezar un ministerio Bíblico en línea, fiándose en Dios para que provenga por las otras necesidades que se presenten.
Reconocer la flexibilidad y creatividad de Dios impedirá el problema común que viene con la identificación de los dones, encasillarnos en nosotros mismos. Nos podemos distraer tanto con lo que dice una prueba que insistimos en servir donde queremos y no donde nos necesitan. Esto no es el propósito de los dones espirituales. El propósito es servir el cuerpo de Cristo, no hacer escusas para evitar hacer algo que no queremos hacer. Es muy revelador el modo en que Pablo terminó 1 Corintios 12, un capitulo largo sobre dones espirituales, con “Ahora les voy a mostrar un camino más excelente” (Versículo 31b) e inmediatamente explica como cualquier don o talento o sacrificio sin amor es inútil (1 Corintios 13:1-3).
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