¿Qué significa que Dios olvida nuestro pecado?

En Isaías 43:25 Dios declara: "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados". El escritor de Hebreos, al hablar de Jesús como un sacrificio perfecto y único por nuestros pecados, dice: "Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado" (Hebreos 10:14-18). ¿Qué significa que "no se acordará" de nuestros pecados? ¿Se olvida Dios de nuestros pecados?

Sabemos que Dios es omnisciente, lo que significa que conoce todas las cosas. Por lo tanto, es imposible que Dios olvide de la misma manera que lo hace un ser humano. No significa que a Dios se le escapen nuestros pecados porque sí. Por el contrario, Él decide no recordar nuestros pecados. Cuando recibimos el perdón de Dios, Él no guarda nuestro pecado contra nosotros ni nos trata de acuerdo a lo que nos merecemos. El Salmo 103:12 dice: "Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones". Hay una distancia inmensa de este a oeste. Al recorrer el globo terráqueo, realmente no hay un punto en el que una persona comience a ir al este y deje de ir al oeste, o viceversa. Dios borra completamente nuestros pecados. Él hace esto por medio de la Persona y la obra de Jesucristo. Cuando Jesús murió en la cruz, pagó por nuestros pecados. Cuando nos acercamos a Él con fe, recibimos un perdón completo. Dios no nos trata como pecadores que merecen la muerte (Romanos 3:23; 6:23), sino que nos trata con amor y gracia (Efesios 2:8-9). Segunda de Corintios 5:19-21 dice: "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación... Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". Dios no sólo hace el pago por nuestro pecado, sino que pone nuestro pecado completamente fuera de la vista y lo reemplaza con Su propia justicia.

Dicho esto, es cierto que los cristianos seguirán luchando con el pecado (1 Juan 1:8). Y aun así necesitamos pedir el perdón de nuestros pecados para restaurar la comunión con Dios. Por eso, "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Romanos 8:1 dice: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús" (Romanos 8:1). Dios no nos echará en cara nuestros pecados ni nos los recordará para avergonzarnos. Él nos colma de Su amor y Su gracia. Cuando caemos, venimos a Él confesándonos humildemente, aceptamos Su perdón y seguimos adelante. Podemos recordar que una vez fuimos pecadores, esclavos de la carne, pero no necesitamos soportar acusaciones o sentimientos de falsa culpa por estos pecados. Dios perdona completamente, y en esto podemos descansar. Podemos decir como: "olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:13-14).