¿A Dios le complace la fe ciega?

La fe ciega es confiar en algo sin ninguna evidencia. Se ha descrito como un salto en la oscuridad, una entrega a algo a pesar de no tener una base sólida. Dios no espera que tengamos este tipo de fe.

Dios se ha revelado a nosotros mismos. Romanos 1:20 dice: "Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa." Dios es evidente en la creación. Puede requerir fe creer que Dios es el Creador, pero esta fe está lejos de ser ciega.

Dios también se ha revelado a través de las Escrituras. En la Biblia leemos acerca de Dios hablando a los patriarcas y profetas del Antiguo Testamento. Su presencia se manifestó con los israelitas (Éxodo 13:21; Éxodo 33: 7-11). Él nos dio las Escrituras para que podamos conocerlo y confiar en Él (2 Timoteo 3: 16-17).

La mayor revelación de Dios es Jesucristo. Él es Dios encarnado, el Verbo hecho carne (Juan 1: 1-5; 14). Jesús nos revela la gloria y el carácter de Dios. Su mensaje fue validado debido a que resucitó de entre los muertos.

Nosotros, por supuesto, también usamos las herramientas de la ciencia, la arqueología, la historia, la crítica literaria, la experiencia personal y métodos similares. Estas cosas nos dan evidencia de la existencia de Dios y de su carácter.

Por lo tanto, nuestra fe no es ciega. Estamos llamados a amar a Dios con toda nuestra mente (Lucas 10:27). Él no espera que saltemos a ciegas en la oscuridad, sino que comprendamos Sus revelaciones y tomemos pasos calculados de fe. Debemos buscar en las Escrituras y dedicar tiempo a conocer a Dios (1 Timoteo 4: 13-16). Sí, como cristianos ejercemos fe, pero hay algunas cosas que simplemente no entenderemos (Isaías 55: 8-9; Salmo 139: 6; 1 Corintios 13: 9-12). Aun así, podemos saber que nuestra fe está construida sobre una base sólida. Se basa en la revelación de Dios de sí mismo y en nuestra comprensión de esa revelación. Implica confiar y tener fe, pero está lejos de ser ciega.