¿Es bíblico decir que Dios es 'Dios Madre'?

En la Biblia, Dios se compara con una madre en numerosas ocasiones, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En Deuteronomio 32:18, les dice a los israelitas que Él es "la Roca que te dio a luz... el Dios que te dio a luz". En Oseas 11:3-4 vemos que Dios asume el papel maternal de enseñar, abrazar y alimentar cuando dice: "Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos...y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida". En Isaías 49:15 Dios se compara con una madre lactante cuando pregunta: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti". El salmista también utiliza esta metáfora de Dios como madre lactante en el Salmo 131:2 cuando afirma: "En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre". A las madres se las conoce por el consuelo y la tranquilidad que proporcionan a sus hijos, no sólo cuando son amamantados, sino durante toda la vida del niño. Así, Dios vuelve a compararse con una madre en Isaías 66:13 cuando promete a los israelitas: "Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros". Jesús continúa esta metáfora en Mateo 23:37 cuando dice sobre Jerusalén: "Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas".

Estos ejemplos bíblicos muestran que Dios tiene rasgos maternales y actúa de forma maternal, aunque es importante observar que la Biblia siempre se refiere a Dios en términos masculinos. Por ejemplo, vemos que Dios se refiere a sí mismo como un marido y no como una esposa. "Porque tu marido es tu Hacedor; el Señor de los ejércitos es su nombre" (Isaías 54:5). También podemos ver que se hace referencia a Dios como rey y no como reina. Primera de Samuel 12:12 dice, "el Señor vuestro Dios era vuestro rey", y Apocalipsis 17:14 lo llama "Señor de señores y Rey de reyes". Nos referimos a Dios como un rey y no como una reina, a pesar de que sí existían reinas poderosas en el mundo antiguo, como vemos con la reina de Saba en 2 Crónicas 9. También había divinidades femeninas, como Artemisa en Hechos 19, pero se hace referencia al Dios de Israel como un Dios masculino. Es más, cuando Dios eligió revelarse en forma corporal, vino como un hombre: Jesús.

En el transcurso de la historia, la gente se ha preguntado cómo debe acercarse a Dios. De hecho, los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara la mejor manera de acercarse a Dios en la oración. En Su respuesta, Jesús les indicó (y a todos los seguidores) que debían decir "Padre nuestro que estás en los cielos" (Mateo 6:9). De hecho, en todo el Antiguo Testamento, se hace referencia a Dios como Padre. Moisés pregunta a los israelitas: "¿No es él tu padre que te creó?" (Deuteronomio 32:6). En el Salmo 68:5 Dios se declara "Padre de huérfanos". Y Pablo escribe en el Nuevo Testamento en Romanos 8:15 que "habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!". Por tanto, lo que enseña la Biblia es que los que tienen el Espíritu Santo en su interior clamarán a Dios Padre. "Dios Padre" es un concepto y un término bíblico.

Referirse a Dios como "Dios Madre" no es bíblico. Dios se presenta claramente como Dios Padre en la Biblia, no como Dios Madre. Sin embargo, centrarse en los rasgos maternales de Dios y en Sus acciones maternales, tal y como se muestran repetidamente en las Escrituras, es bíblico. Comprender todas las características de Dios puede ser un gran consuelo para aquellos que pueden tener dificultades para relacionarse con Dios como Padre. Afortunadamente, Dios también dice: "Yo soy el Señor, tu sanador" (Éxodo 15:26). Así que, al acercarnos a Dios, Él puede sanar las heridas que hacen que nos sintamos incómodos en nuestra relación con Él y puede ayudarnos a conocerlo como realmente es.