¿Cuándo es apropiado que un cristiano intente corregir a otro cristiano?

Corregir a otro cristiano es un tema difícil. Puede ser muy positiva, como lo indica Proverbios 25:12: "Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil". Sin embargo, la corrección en un contexto equivocado también puede causar muchos problemas: "No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará" (Proverbios 9:8).

En nuestra sociedad, a la gente no le gusta que le digan que está equivocada. Parece que uno de los versículos favoritos de nuestra sociedad es: "No juzguéis, para que no seáis juzgados" (Mateo 7:1). Ahora bien, es importante tener en cuenta el contexto completo de este pasaje. Jesús no enseñó en contra de corregir a los demás. Enseñó contra el hecho de juzgar a otros de forma hipócrita. Enseñó: "¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano" (v. 5).

Por lo tanto, antes de corregir a otro cristiano, debemos evaluar nuestra propia vida. ¿Estamos luchando con el pecado personalmente? una vez que hayamos solucionado este problema, podremos corregir a otro cristiano. Al tratar de corregir a otro cristiano, el consejo de Pablo es clave: "hablando la verdad en amor" (Efesios 4:15 - LBLA). Nuestro objetivo es hablar la verdad de una forma que muestre cuidado y amor.

Además, Mateo 18:15-20 nos ofrece el modelo bíblico de la reconciliación con respecto a la corrección de una persona que ha pecado contra ti. En primer lugar, "Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano" (Mateo 18:15).

Si la confrontación privada no tiene resultados, el siguiente paso es involucrar a una o dos personas más (Mateo 18:16). El siguiente paso es involucrar a la congregación de su iglesia local (suponiendo que la persona forme parte de su iglesia local; Mateo 18:17). Si esto no da resultado, la persona debe ser tratada como "gentil y publicano" (Mateo 18:18). En otras palabras, esto significa que la persona debe ser tratada como un incrédulo.

¿Cómo tratarías a un no creyente? Incluso en el peor de los casos, trataría a la otra persona con dignidad y respeto. No obstante, cuando una persona no es receptiva a los ruegos de muchos cristianos que buscan su corrección, es posible que la persona no sea un verdadero cristiano. En vez de un compañerismo cercano, entonces el objetivo sería la oración y probablemente la evangelización. El objetivo es que la persona se arrepienta y vuelva a formar parte de la iglesia.

No todos los pecados que una persona comete deben ser confrontados, pero los pecados continuos o públicos a menudo necesitan ser confrontados en la vida de un creyente. En estos casos, debemos decir la verdad en amor y usar el plan de Dios para la reconciliación con el fin de traer unidad al cuerpo de Cristo.