¿Qué dice la Biblia?
Durante los tiempos bíblicos, la lactancia materna era esencialmente la única forma de alimentar a un bebé y, por lo tanto, era una práctica esperada y normal. Sin embargo, es importante señalar que la lactancia materna nunca es un mandamiento, ni tampoco se consideran pecado los métodos alternativos para satisfacer las necesidades nutricionales de un bebé. La Biblia se refiere a la lactancia como una parte natural y esencial de la crianza. También la relaciona con la alimentación espiritual. En Isaías 49:15, Dios compara el cuidado de Su pueblo con el de una madre que no puede olvidar a su hijo lactante, subrayando la importancia del amor y el sustento maternos. Además, 1 Tesalonicenses 2:7 ilustra las cualidades protectoras de una madre, reforzando el valor de la crianza, que incluye la lactancia como un aspecto vital de ese cuidado.