¿Acaso la Biblia se ha alterado, cambiado o distorsionado?

¿Cómo podemos saber que los libros de la Biblia no han sido adulterados? Los libros del Antiguo Testamento se escribieron entre los años 1.400 y 400 a.C. aproximadamente. Los libros del Nuevo Testamento se escribieron entre los años 40 y 96 d.C. aproximadamente. Han pasado más de 1.900 años desde la finalización del último libro de la Biblia. No se conocen manuscritos originales. Lo que tenemos son copias de copias de copias. ¿Podemos seguir confiando en la Biblia?

La Biblia afirma que, cuando Dios inspiró originalmente a los escritores bíblicos, sus palabras fueron insufladas e inspiradas por Dios (2 Timoteo 3:16-17; Juan 17:17). La Biblia no dice lo mismo de las copias de los manuscritos originales. Incluso a pesar de los esfuerzos de los escribas judíos y los escritores cristianos, las diferencias ocasionales se filtraban en una copia y se extendían de una copia a otras posteriores. Así fue hasta que se introdujo la imprenta en el siglo XVI.

Con todo, la Biblia ha mantenido un excelente nivel de conservación a lo largo de los siglos. Existen copias enteras del Nuevo Testamento desde el siglo IV (dos importantes son el Codex Sinaiticus y el Codex Vaticanus). Su contenido nos ayuda a confirmar las primeras redacciones en prácticamente todos los casos. El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en el siglo XX nos proporcionó copias de casi todos los libros del Antiguo Testamento desde el siglo III antes de Cristo hasta el siglo I después de Cristo. A pesar de pequeñas diferencias, el texto del Antiguo Testamento se ha conservado increíblemente intacto.

Además, la gran cantidad de manuscritos bíblicos nos permite descifrar qué texto, entre las diversas diferencias, es el correcto en prácticamente todos los casos. Por ejemplo, en la actualidad existen más de 5.800 copias de manuscritos griegos del Nuevo Testamento. Estos manuscritos pueden evaluarse por fecha, calidad y otros factores para determinar qué textos son los más fiables. En más del 99% de los casos, los eruditos textuales están totalmente de acuerdo.

Las suposiciones de que la Biblia ha sido revisada, editada o manipulada no se basan en hechos históricos. La gran cantidad de manuscritos bíblicos permite reconocer cualquier intento de distorsionar sus palabras. No hay doctrinas esenciales de la Biblia que se cuestionen por las pequeñas diferencias que existen entre los manuscritos.

¿Podemos confiar en la Biblia? Por supuesto. Dios ha conservado Su Palabra con una exactitud asombrosa. Podemos tener la máxima confianza en que la Biblia que tenemos hoy es la misma Biblia que Dios quiso originalmente. La Biblia es exacta y podemos confiar en ella para vivir hoy (2 Timoteo 3:16; Mateo 5:18).