¿Quién era el Beelzebú/Baal-zebub al que los fariseos atribuían la obra de Cristo?

Beelzebú era un dios filisteo adorado en la ciudad de Ecrón en los relatos del Antiguo Testamento. La palabra Beelzebú es la grafía griega de Baal-zebub que significa "señor de las moscas" (2 Reyes 1:2). Baal era el dios de la fertilidad de los cananeos. Zebub, que en hebreo significa moscas, con frecuencia se utilizaba como nombre de Satanás y se refería al sexto de los siete cielos de la secta mística judía Cábala. También hay que tener en cuenta que Baal-zebub es una escritura alternativa.

Bíblicamente, el término Beelzebú se utilizó en el Nuevo Testamento por los fariseos y los maestros de la ley para calumniar a Jesús. Acusaron a Jesús diciendo: "Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios" (Mateo 12:24).

Increíblemente, para los fariseos, la capacidad que Jesús tenía de expulsar demonios era por causa de Beelzebú, a quien ellos llamaban el príncipe de los demonios. En otras palabras, atribuyeron la obra de Jesús a la obra de Satanás.

Jesús, sin embargo, volvió la pregunta contra sus acusadores, diciendo: "Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios" (Mateo 12:26-28).

Jesús les advirtió a Sus seguidores para que esperaran calumnias similares: "Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?" (Mateo 10:25). Posteriormente explicaría esta enseñanza diciendo: "Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece" (Juan 15:18-19).

Tanto Jesús como quienes le siguen sufrirán persecución a manos de quienes se oponen a Su mensaje. Los maestros de la época de Jesús decían que Su obra provenía de Beelzebú, afirmando básicamente que Su obra era demoníaca. Los seguidores de Jesús a menudo sufrieron persecución. La historia de la Iglesia relata que todos los apóstoles menos uno murieron por su fe, y que el único miembro que quedaba (el apóstol Juan) fue condenado al exilio en la isla de Patmos (Apocalipsis 1:9).

Atribuir la obra de Jesús a Beelzebú era una grave acusación que malinterpretaba la persona y la obra del Mesías. En última instancia, los líderes judíos conspiraron con otros para propiciar la muerte de Jesús, aunque Su resurrección demostró Su poder como Mesías y Su superioridad sobre Satanás.