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El Nuevo Testamento registra el cumplimiento de las profecías y promesas iniciales del Antiguo Testamento, registrando la venida del Mesías, Jesucristo; su vida, muerte y resurrección; y el nacimiento de la Iglesia. El Nuevo Testamento también describe el nuevo pacto, que es la esencia de la relación de un cristiano con Dios.
La teología del Nuevo Testamento nos muestra la revelación planificada de Dios a las personas acerca de Sí mismo, Su carácter, Sus atributos y lo que está haciendo en el mundo. Esta revelación comenzó en Génesis, en el Antiguo Testamento, y continúa a través de Jesús y la venida del Espíritu Santo. En el Nuevo Testamento, Dios se revela como totalmente hombre y totalmente Dios en Jesús y como habitante de la vida de Su pueblo en el Espíritu Santo.
Aunque escritos por miles de años por muchas personas, los libros del Antiguo Testamento contienen una presentación organizada de la creación de Dios, la rebelión de los humanos contra Él y sus acciones para restablecer repetidamente la relación con ellos. El Antiguo Testamento describe los resultados fatales del pecado y predice un Salvador y un nuevo pacto.
El Nuevo Testamento, escrito durante años por aquellos que pasaron tiempo con Jesús, nos muestra el nacimiento del Mesías; Su vida, muerte y resurrección; el nacimiento de la iglesia; y explica las creencias doctrinales para un creyente en Jesucristo. El libro de Hebreos, especialmente, explica el nuevo pacto. Las epístolas dan instrucciones sobre la vida cristiana y la Iglesia. El libro de Apocalipsis profetiza el plan de Dios para finalizar la redención y crear unos nuevos cielos y una nueva tierra.