¿Qué dice la Biblia sobre los nuevos cielos y la nueva tierra?

En resumen:

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

La Biblia promete “cielos nuevos y tierra nueva”, mencionados por primera vez en Isaías 65:17 y 66:22, que se crearán después del juicio final. Apocalipsis 21:1-4 describe este estado eterno como un lugar donde Dios morará con Su pueblo. No habrá más tristeza, dolor ni muerte. La nueva Jerusalén, una ciudad magnífica, formará parte de esta nueva existencia, descrita como una ciudad de inmenso tamaño, belleza y pureza, sin templo ni necesidad del sol, ya que Dios mismo será la luz. Los creyentes experimentarán la comunión eterna con Dios en un entorno perfecto, libre de pecado y corrupción. Esta promesa ofrece esperanza y debería inspirarte a vivir con la eternidad en mente, compartiendo el evangelio con los demás, para que ellos también puedan experimentar la alegría en la eternidad.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Como creyente, anhelas el estado eterno que Dios ha prometido, en el que estarás en Su presencia para siempre y no habrá más tristeza, dolor ni pecado. Este anhelo debería influir en tu vida actual, pues te recuerda la fugacidad de tus luchas y pruebas. Mientras afrontas dificultades y angustias, la promesa de los cielos nuevos y la tierra nueva te ofrece esperanza, una esperanza que alimenta tu perseverancia y fe en las promesas de Dios. A la luz de esto, estás llamado a vivir con una perspectiva que valore la eternidad por encima de la satisfacción temporal, eligiendo caminar en santidad y confiar en la victoria final de Dios sobre el pecado. Al anticipar la morada eterna que Él ha preparado, encuentra consuelo y fuerza en saber que Dios ya está contigo, y que un día experimentarás Su presencia en la perfección. Para aquellos que rechazan a Cristo, el estado eterno será muy diferente, ya que se enfrentarán a la separación de la presencia de Dios en un lugar de castigo eterno. Esta aleccionadora realidad te recuerda la urgencia de compartir el evangelio con los demás y vivir tu fe con autenticidad. Como creyente, se te ha confiado el mensaje de la salvación, y es tu responsabilidad asegurarte de compartir la esperanza que se encuentra en Cristo, para que otros también puedan experimentar la alegría y la paz eternas de Su presencia.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA