¿Qué significa que Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9)?

En resumen:

Segunda de Pedro 3:9 enfatiza la paciencia y misericordia de Dios al retrasar el juicio para que los incrédulos tengan la oportunidad de arrepentirse. El deseo de Dios es que todos se arrepientan, pero el tiempo para arrepentirse no es ilimitado.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Segunda de Pedro 3:9 subraya el carácter y la soberanía de Dios en el momento de Su juicio y Su razón para esperar. Pedro responde al argumento de que Dios “tarda en cumplir su promesa” de volver para juzgar a los injustos señalando que el retraso es intencionado para permitir que más personas se arrepientan (2 Pedro 3:9). Este tema del deseo de Dios de que la gente se arrepienta y de Su paciencia con ellos se encuentra en toda la Biblia. A veces se aplica al juicio en esta tierra, en contraposición al juicio final al que se refiere Pedro. En el Antiguo Testamento, Ezequiel es uno de los muchos profetas que Dios envió a Su pueblo para llamarlo al arrepentimiento a pesar de sus frecuentes traiciones (Ezequiel 33:11). Dios tuvo compasión de los ninivitas, enviándoles a Jonás para declararles que destruiría la ciudad en cuarenta días a causa de su pecado. Se arrepintieron, revelando los gloriosos resultados de la misericordia de Dios (Jonás 3:6-10). El Nuevo Testamento contiene numerosas referencias a la paciencia y misericordia de Dios con los pecadores, siendo el principal ejemplo Su Hijo, a quien envió en “la plenitud del tiempo… a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos” (Gálatas 4:4-5). Muchas otras Escrituras indican que el retraso del juicio es una prueba de la paciencia de Dios con los pecadores y de Su deseo de que se arrepientan (Romanos 2:4; 1 Timoteo 2:3-4). Incluso si el juicio final de Dios no llega antes de que muramos, solo disponemos de nuestra vida para arrepentirnos y desarrollar una relación con nuestro Señor (Hebreos 9:27).

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

En un mundo cada vez más hostil al cristianismo, muchos creyentes pueden suplicar junto con Juan: “¡Amén! Ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20). Pero entonces pensamos en los seres queridos que no son salvos, y alabamos a Dios por Su paciencia. Aunque esperamos ansiosamente nuestro glorioso hogar eterno, sabemos que otras personas en nuestras vidas aman este mundo (1 Juan 2:15-17). En lugar de dejarnos arrastrar por ellos al mundo, debemos ser un testimonio vivo para los que están perdidos. Pablo advirtió a los efesios: “Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15-16). Este consejo es tan válido hoy como entonces. ¿Aprovechas bien tu tiempo? Testificar a los no creyentes, invitarlos a la iglesia y compartir tu testimonio son formas de aprovechar al máximo el tiempo que Dios te ha dado en esta tierra. El mundo necesita saber que Dios es amoroso y paciente, pero también justo (Hebreos 4:12-13). El tiempo para arrepentirse no es ilimitado. Aunque el juicio final de Dios no llegue antes de que muramos, solo disponemos de nuestra vida para arrepentirnos y desarrollar una relación con nuestro Señor (Hebreos 9:27). Lo que haces mientras estás en esta tierra importa. Dios te utiliza para llegar a los perdidos. Nunca debes tomar esa responsabilidad a la ligera.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA