¿Dónde está el cielo? ¿Tiene el cielo una ubicación concreta?

En resumen:

El cielo es un reino real y espiritual donde existen Dios, Jesús, los ángeles y los creyentes, separado de nuestro universo físico. Aunque la ubicación exacta del cielo no es observable desde la Tierra, la Biblia promete que es donde los creyentes morarán con Él para siempre en paz.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

El cielo es un lugar real, mencionado con frecuencia en la Biblia y descrito principalmente como el trono de Dios, un reino de autoridad y santidad divinas (1 Reyes 8:30; Salmo 11:4). Se describe como "por encima" de la Tierra (Salmo 103:19; Isaías 66:1) y como un lugar donde los seres celestiales adoran y sirven a Dios (Isaías 6:1-3). El cielo es un reino espiritual separado, más allá de nuestro universo físico, donde existen Dios, Jesús, los ángeles y los creyentes (2 Corintios 12:1-4; Hechos 1:9-11). Aunque su ubicación exacta no es observable desde la Tierra, Apocalipsis 21-22 presenta una visión futura de un nuevo cielo, una nueva Tierra y una nueva ciudad celestial donde Dios morará con Su pueblo para siempre. Este estado final será una creación restaurada, libre de sufrimiento y pecado, donde los creyentes experimentarán paz eterna y comunión ininterrumpida con Dios.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

El cielo existe en un reino en el que Dios está presente, junto con los ángeles, los creyentes y otras criaturas, aparte de la maldición pecaminosa del mundo. Este reino celestial pasará un día a un estado final que incluye un nuevo cielo, una nueva Tierra y una nueva ciudad celestial donde Dios y Sus hijos morarán para siempre (Apocalipsis 21-22). En este nuevo estado celestial, no habrá más sufrimiento, dolor ni muerte, ya que Dios mismo enjugará toda lágrima de los ojos de Su pueblo (Apocalipsis 21:4). El nuevo cielo y la nueva Tierra serán una creación perfecta y restaurada, sin mancha de pecado, donde la gloria de Dios lo iluminará todo, eliminando la necesidad del sol o la luna (Apocalipsis 21:23). En este hogar eterno, los creyentes vivirán en íntima e ininterrumpida comunión con Dios, experimentando plenamente Su presencia, ya que Él será su Dios y ellos serán Su pueblo (Apocalipsis 21:3). La ciudad celestial no tendrá templo porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero (Jesús) serán su templo, lo que significa la presencia directa y continua de Dios con Su pueblo (Apocalipsis 21:22). Esta nueva creación se caracterizará por la paz eterna, la alegría y la armonía perfecta, a medida que la obra redentora de Dios alcance su culminación final y gloriosa.

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