¿La gente del cielo mira a la tierra y nos ve?

En resumen:

La Biblia no hace ninguna declaración explícita sobre si los humanos en el cielo pueden o no ver las actividades terrenales. Sin embargo, lo más probable es que no puedan. Los creyentes podemos confiar en que estaremos en la plenitud de la presencia de Dios, y que Dios mismo cuidará de los que queden en la tierra.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

La Biblia no dice explícitamente si las personas que están en el cielo pueden ver los acontecimientos terrenales, pero es poco probable. Job 14:21 y Eclesiastés 9:5-6 sugieren que los que han muerto no son conscientes de los acontecimientos terrenales. Hebreos 12:1 se refiere a una "nube de testigos", pero es probable que se refiera a ejemplos de fe, no a observadores de los acontecimientos actuales. Lucas 16:19-31 y Apocalipsis 6:10 tampoco indican que los seres celestiales observen las actividades terrenales. En cambio, en el cielo la atención se centrará en la gloria de Dios y en la adoración, sin preocuparse por los asuntos terrenales, ya que los creyentes encontrarán paz y restauración completas en Su presencia. Los creyentes pueden confiar en que Dios mismo cuidará de sus seres queridos en la tierra.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

En el cielo, nuestra atención se centrará por completo en la gloria y la presencia de Dios. Las Escrituras nos señalan una realidad eterna en la que seremos cautivados por la adoración, la alegría y la plenitud del amor de Dios, sin dejar lugar para el lamento o la preocupación por los asuntos terrenales. Apocalipsis 21:4 nos asegura que el dolor, el luto y las cargas de esta vida desaparecerán y serán reemplazados por la paz y la restauración perfectas. Esta verdad nos recuerda que debemos vivir ahora con la eternidad en mente, esforzándonos por glorificar a Dios en todo lo que hacemos, sabiendo que nuestro gozo final está en Su presencia. Al anticipar el cielo, estamos llamados a confiar en el cuidado de Dios por aquellos que dejamos atrás, liberándonos para centrarnos en Sus promesas y propósitos eternos.

COMPRENDE

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