¿Es Dios soberano o tenemos libre albedrío?

En resumen:

Dios es soberano y nosotros tenemos libre albedrío. Este es uno de los grandes misterios de la fe cristiana.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Dios es soberano, lo que significa que tiene el control de todas las cosas y que Su voluntad se cumple en última instancia. Al mismo tiempo, Dios nos creó para que tuviéramos libre albedrío, lo que nos permite tomar decisiones reales que influyen en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea. Nuestro libre albedrío está limitado por nuestra naturaleza pecaminosa, que nos hace propensos a elegir el pecado. Sin embargo, gracias a Cristo, somos libres para vivir como Dios quiere. La interacción entre la soberanía de Dios y nuestro libre albedrío, especialmente en lo que respecta a la salvación, sigue siendo un misterio de fe. En lugar de intentar resolver cada detalle y reconciliar ambas verdades con nuestra limitada capacidad humana, los creyentes pueden responder con gratitud a Dios tanto por la capacidad que nos dio de elegir como por Su control soberano sobre todas las cosas. Él nos hizo libres del pecado y vivos para Él. Él es plenamente digno de confianza, por lo que podemos descansar en Él y responder a Su verdad de manera intencional. Cuando respondemos a la salvación y vivimos nuestras vidas, estamos llamados a reconocer tanto el control soberano de Dios como nuestra responsabilidad de elegirlo a Él y seguir Sus caminos.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Nuestras elecciones tienen peso, y debemos tomarlas en serio, reconociendo que cada decisión que tomamos tiene consecuencias. Al igual que la decisión de Adán y Eva de desobedecer a Dios en el jardín del Edén trajo el pecado y la muerte al mundo, nuestras propias decisiones pueden tener consecuencias en nuestras vidas y en las de los demás. No podemos culpar a nadie por las decisiones que tomamos, ya que Dios nos ha dado la libertad de elegir. Sin embargo, en nuestra naturaleza caída, a menudo nos sentimos atraídos hacia el pecado, incapaces de liberarnos completamente por nosotros mismos. La mejor elección que podemos hacer es seguir a Cristo, que nos libera de la esclavitud del pecado mediante Su sacrificio en la cruz y Su resurrección. Al confiar en Él, somos vivificados y liberados para vivir como Dios quiere, ya no esclavos del pecado, sino esclavos de la justicia. Esta es una gran noticia. Sin la soberanía y la bondad de Dios, nos quedaríamos con las consecuencias de nuestro pecado, sin esperanza. Pero como Dios nos ama tanto, Él proveyó el camino para que fuéramos perdonados de nuestros pecados y estuviéramos vivos para Él. Aunque sigamos pecando en esta vida y el pecado todavía tenga consecuencias, somos liberados de la esclavitud de continuar en él. En cambio, Dios promete que Él obrará todo para el bien de quienes lo aman y son llamados conforme a Su propósito (Romanos 8:28). En última instancia, si bien la voluntad de Dios se cumple y Él tiene el control de todas las cosas, la responsabilidad de elegir seguirlo recae en nosotros. Esta decisión nos lleva a la promesa de la vida eterna con Él y a la capacidad de experimentar la alegría de vivir según Sus caminos.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA