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¿Por qué la gente no reconoció en todo momento a Jesús resucitado?

A muchos les ha intrigado el hecho de que los seguidores de Jesús no siempre lo reconocieran inmediatamente después de Su resurrección. Los Evangelios registran tres de estos casos.

Juan 20:15 revela que María Magdalena estaba llorando en la tumba vacía de Jesús cuando Jesús le preguntó qué le pasaba. Supuso que era el jardinero y le preguntó adónde se habían llevado el cuerpo. Cuando Él le dijo Su nombre, María lo reconoció como Jesús (Juan 20:16). En este caso, puede que estuviera llorando con el rostro inclinado y no se diera cuenta inmediatamente de que la persona que estaba con ella era Jesús. El texto no es claro, salvo que Jesús le preguntó por qué lloraba y que María reconoció Su voz cuando le habló por su nombre.

Lucas 24:13-35 relata la historia de dos discípulos que caminaban de Jerusalén a Emaús el día de la resurrección. No se mencionan sus nombres, aunque tampoco formaban parte de los once (Lucas 24:33). Lucas 24:15-16 dice: "Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen". En este caso parece que Dios impidió que los hombres reconocieran a Jesús mientras caminaban con Él por el camino y les explicaba las Escrituras. Sin embargo, esa noche Jesús comió con ellos y "les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron" (Lucas 24:31). Sólo podemos conjeturar por qué Dios velaría los ojos de los hombres -quizá para que consideraran plenamente lo que Jesús estaba enseñando sobre las Escrituras-, pero está claro que la voluntad de Dios era que a Jesús no se le reconociera durante un tiempo en esta circunstancia concreta.

Juan 21 habla de siete discípulos que pescaron toda la noche y no pescaron nada. Al amanecer, cuando aún estaban en el agua, Jesús les habló desde la orilla y les preguntó por su pesca. Les dijo que echaran la red a la derecha de la barca. Cuando lo hicieron, pescaron 153 peces. Juan fue el primero en reconocer a Jesús, y Pedro saltó inmediatamente al agua y nadó hacia Él. En este caso, es posible que Jesús estuviera demasiado lejos para reconocerlo al principio, aunque el texto es incierto al respecto.

Teniendo en cuenta estos tres relatos, sólo el segundo, el de los discípulos caminando con Jesús hacia Emaús, necesita una explicación sobrenatural. Jesús aprovechó el tiempo en que estuvo irreconocible para los hombres con el fin de explicar cómo las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías se habían cumplido en Su propia vida. Estos dos hombres volvieron inmediatamente con los discípulos en Jerusalén, quienes también confirmaron haber visto a Jesús vivo. Su testimonio confirmó los relatos de Pedro y de las mujeres que vieron a Jesús en la tumba; y Jesús se apareció a los discípulos aquella noche.

Estos relatos demuestran que las apariciones de Jesús a Sus seguidores fueron inesperadas y sobrenaturales. Estos relatos ayudan a refutar las teorías alternativas que pretenden cuestionar la resurrección. Jesús no simplemente falleció y revivió, ni Sus seguidores esperaban verle vivo tres días después de ser crucificado. Además, muchos de estos seguidores sirvieron a Cristo y murieron por su creencia en que Jesús está vivo.

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