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¿Cómo puedo vencer la apatía espiritual?

La apatía espiritual es una sensación de indiferencia o incluso de frialdad hacia las cosas de Dios. Puede afectar a cualquier cristiano, incluso a uno que sea totalmente sincero en su fe. Este adormecimiento de las emociones ocupa el lugar de la pasión y el fervor que antes se tenía hacia Dios. Si reconoces que te has vuelto espiritualmente apático, debes hacer lo necesario para superarlo si deseas prosperar en tu caminar con el Señor.

Cuando te des cuenta de tu apatía espiritual, primero afirma que eres un hijo de Dios (Hechos 16:31; 1 Juan 5:13; Romanos 8:16). Una vez que tengas eso claro, pregúntate: "¿Qué ha causado esta apatía espiritual en mi vida?". Si tienes problemas de pecado sin arrepentimiento en tu vida o no sabes cómo construir una relación personal con Jesús, ambas cosas podrían ser puertas abiertas que permiten que la apatía se introduzca en tu corazón.

Todos pecamos y estamos destituidos de la perfección de Dios (Romanos 3:23), pero la gracia de Dios y el poder de su Espíritu hacen posible que digamos no al pecado frecuente (Tito 2:11-12). Si caemos en un patrón consistente de pecado, nos estamos distanciando de Dios sin darnos cuenta previamente. Esto nos llevará a la apatía espiritual, porque nos estamos sometiendo al poder de Satanás y no al de Dios (1 Juan 3:8-10). Podemos clamar a Dios para que nos renueve y perdone, como hizo David en el Salmo 51: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí... Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente" (Salmo 51:10, 12). Observa cómo David equipara el perdón del pecado con la restauración del gozo en su salvación. Cuando nos deshacemos de los problemas del pecado en nuestras vidas, Dios restaura nuestros corazones y volvemos a encontrar el gozo en Él.

Otra cosa que puede causar apatía espiritual es permitir que nuestro cristianismo y nuestra relación con Dios se conviertan en una fórmula. Cuando permitimos que nuestro camino espiritual con el Señor se convierta en una mera obediencia sin amor o sin el poder del Espíritu ligado a ella, hemos perdido la esencia del poder y la vida en nuestra relación con Dios. Podemos obedecer a Dios sin amor, pero finalmente nos volveremos apáticos. La iglesia de Éfeso fue alabada por su amor (Efesios 1:15-16), pero más tarde fue reprendida por haberlo perdido: "has dejado tu primer amor" (Apocalipsis 2:4). Es importante no sólo conocer las enseñanzas de Cristo, sino vivir empoderado por Él. Cuando nuestra vida cristiana se vuelve rutinaria, se vuelve aburrida. Reconoce que el cristianismo consiste en una relación viva con Dios, un Dios cuyas misericordias son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23) y un Dios cuyo reino ya está aquí y sigue avanzando (Salmo 103:19; Mateo 6:9-10; Daniel 2:44; Apocalipsis 11:15).

Si estás luchando contra la apatía espiritual, recuerda la pasión y la cercanía que has tenido con Dios en el pasado, arrepiéntete de cualquier pecado (1 Juan 1:9) y acércate a Cristo para renovar tu corazón y tu mente (Salmo 51:10; 1 Corintios 2:16; Tito 3:5). Permite que el Espíritu Santo obre en ti y a través de ti para que tengas el fruto del Espíritu en tu vida (Gálatas 5:22-23). Involúcrate en una iglesia local que crea en la Biblia (Hebreos 10:25). A medida que desarrolles nuevamente tu relación con Dios, el gozo de la relación con Él volverá a entrar en tu vida, llenándote de nuevas fuerzas en tu caminar con el Señor.

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