¿Cuál es una visión cristiana de la política?

Existe una amplia variedad de formas en que los cristianos ven la política, pero a pesar de las diferentes opiniones, hay algunos puntos en los que todos los cristianos pueden estar de acuerdo en función de lo que enseña la Biblia.

En primer lugar, Dios es soberano sobre toda la creación, incluido en el panorama político. Daniel 4:17 dice: "Dios Altísimo es el Soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere". Daniel 2:21 dice: " [Dios] pone y depone reyes." Incluso Pablo en el Nuevo Testamento proclama: "Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo." (Romanos 13: 1–2). Por lo tanto, los cristianos pueden estar seguros de que Dios tiene el control, incluso sobre la política de cualquier país y en cualquier momento en que vivan. Con esta seguridad, los cristianos no necesitan abordar la política con miedo o desesperación. Más bien, podemos aferrarnos a la promesa de Romanos 8:28: "Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito."

En segundo lugar, los cristianos creen que algún día seremos responsables de nuestras acciones aquí en la tierra. Romanos 14:10 y 12 dicen: " ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios! […] Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios." Debido a la obra de Jesús en la cruz, nos libraremos de las consecuencias de nuestros defectos. Sin embargo, 1 Corintios 3: 13–15 explica: "El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. 14 Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, 15 pero, si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego." Una de los estándares sobre el cual seremos juzgados es la mayordomía.

La mayordomía es entender que la tierra y todo lo que hay en ella le pertenece a Dios (Salmo 24: 1) y que a los humanos se les ha dado responsabilidad sobre ella (Génesis 1:28). Jesús enseñó este concepto con la parábola de los talentos en Mateo 25: 14-30. En esta parábola, un hombre confió su riqueza a sus sirvientes y luego esperó que aumentaran esa riqueza mientras estaba fuera y luego le devolvieran la riqueza y sus ganancias cuando regresara a casa. Lucas 12:48 explica: "A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho". 1 Corintios 4: 2 expone también: "Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza." Dios nos ha confiado nuestro tiempo aquí en la tierra, nuestra riqueza y posesiones, nuestra salud y energía, nuestro intelecto y habilidades, nuestras pasiones e intereses, e incluso nuestra ciudadanía y los derechos y responsabilidades que la ciudadanía ofrece. Seremos responsables de cómo administramos esas cosas, incluida la responsabilidad de cómo nos involucramos en la política.

1 Corintios 10:31 da un buen estándar cuando dice: "En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios." Algunos cristianos eligen abstenerse de la política por completo, queriendo enfocar su energía en difundir el evangelio de otras maneras. Otros cristianos toman el enfoque opuesto y se involucran fuertemente en la política, incluso postulando para cargos políticos. Romanos 13: 4 describe a los que tienen autoridad como "al servicio de Dios para tu bien", y muchos políticos cristianos describen su papel como un esfuerzo por mostrar la justicia de Dios aquí en la tierra. Sin embargo, otros cristianos eligen algún camino intermedio, sin abstenerse por completo de la política ni postularse para un cargo, sino que intentan mantenerse informados y votar de acuerdo con sus convicciones. Todos los cristianos están llamados a orar por sus líderes (1 Timoteo 2: 1–6). En todos estos casos, los cristianos deben centrarse en hacer lo que hacen para la gloria de Dios, teniendo en cuenta cómo seremos responsables y con la seguridad de que Dios es soberano sobre toda la creación, incluido nuestro panorama político.