¿Qué es la oración de inmersión? ¿Es bíblica?
La oración de inmersión es una práctica por la cual alguien se acuesta o se queda sentado muy quieto, generalmente escuchando música, haciendo oraciones sencillas, manteniendo la mente libre de pensamientos distractores y esperando la presencia de Dios. Se dice que la presencia de Dios se siente mediante algún tipo de señal física, que puede ser un cosquilleo en la piel o una sensación de frío o calor. Una vez que la persona tiene esa sensación, se "sumerge" en la presencia de Dios estando totalmente presente para Él. A primera vista, parece una buena práctica para acercarse a Dios. Sin embargo, hay dos cosas que debemos advertir sobre esta forma de oración. Primero, no vemos un ejemplo de esto en las Escrituras. Segundo, está muy cerca de un estado de meditación que no es bíblico.
Empecemos por lo primero: No vemos un ejemplo en las Escrituras. La oración es nuestra herramienta para comunicarnos con Dios y la Escritura nos muestra a hombres y mujeres buscándole. Vemos a personas de pie, sentadas, arrodilladas y acostadas mientras oran. Vemos manos levantadas, manos que sostienen cosas y tocan a personas, ojos abiertos y ojos cerrados. Vemos a personas orando en voz alta, musitando para sí mismas y cantando alabanzas. Las variaciones en la postura durante la oración son muchas y variadas. En todas estas instancias, la persona busca a Dios con propósito, determinación e intención. Lo que no vemos en la Biblia son relatos de alguien que espera simplemente experimentar la presencia de Dios.
Cuando Dios decide revelarse a una persona o a un grupo, es por Su iniciativa, no por nuestra manipulación de nosotros mismos o de Él. Además, buscar una experiencia especial de Dios va en contra de la promesa bíblica de la presencia del Espíritu Santo como un sello en cada persona que cree en Jesús (Efesios 1:13). Es como si dijéramos que Su promesa no es suficiente para nuestra vida espiritual. Él nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida conforme a la voluntad de Dios (2 Pedro 1:3). No necesitamos inventar maneras de sentirnos más cerca de Él.
Ahora veamos el segundo problema con la oración de inmersión: Está muy cerca de un estado meditativo que no es bíblico. La espiritualidad oriental y el misticismo pueden invadir fácilmente las prácticas cristianas si no tenemos cuidado. Muchas formas no bíblicas de meditación y oración incluyen el concepto de vaciar la mente de pensamientos distractores. Vaciar nuestras mentes es diferente a centrarnos en Dios y en Su Palabra para orar. Tenemos que cuidar nuestras mentes con mucho esmero debido a las influencias que perturban las verdades que encontramos en la Biblia. Hechos 20:30-32 y 1 Pedro 5:8 nos advierten de la necesidad de estar siempre alerta al mundo y a cualquier idea o pensamiento que no provenga de Dios. Primera de Juan 4:1, Segunda de Timoteo 3, Efesios 6:1-18 y Segunda de Corintios 10:3-5 contienen advertencias similares. La Biblia también nos dice que la intención de Dios es que nuestra mente participe en la oración para alinearnos con Su voluntad (1 Juan 5:14; Romanos 12:2; 1 Corintios 14:15). Vaciar nuestras mentes y esperar a que algo llegue nos abre a influencias no bíblicas, no importa qué tan maduros en Cristo seamos.
Cualquier experiencia, encuentro espiritual emocional debe estar alineado con la Palabra de Dios y la voluntad a través del Espíritu Santo. Buscarlos simplemente por los sentimientos relacionados con ellos no es sabio ni necesario para tener la presencia de Dios en nuestras vidas (Mateo 28:20; 1 Corintios 6:19). Otro peligro es que, si experimentamos una especie de euforia espiritual con algo como la oración de inmersión, entonces podemos seguir queriendo eso y sólo eso en lugar del alimento espiritual sólido que se encuentra en la lectura diaria de la Palabra de Dios, la adoración y la oración corporativa, las cuales la Biblia modela y recomienda.
¿Por qué orar? ¿Cuál es el propósito de la oración?
¿Cómo se supone que debemos orar?
¿Qué es el poder de la oración?
¿Qué tipos de oración se mencionan en la Biblia?
¿Qué se puede aprender de las oraciones que Jesús oró?
La verdad sobre la oración