En la Biblia, un “lugar secreto” se refiere a un santuario metafórico o espiritual donde puedes buscar la comunión íntima con Dios. A menudo se describe como un lugar de seguridad, refugio y conexión personal con la presencia divina. Escrituras como el Salmo 27:5 y el Salmo 91:1 describen este lugar secreto como un sitio donde los creyentes encuentran cobijo y protección bajo el cuidado de Dios.
Jesús subraya la importancia de esta comunión privada en Mateo 6:6, animando a los creyentes a orar y ayunar en soledad, no para aparentar, sino para profundizar en su relación con Dios. El lugar secreto muestra el valor de la devoción personal y la intimidad espiritual con Dios.
Este lugar secreto, donde te encuentras con Dios cara a cara, es donde deberías encontrarte a menudo. El Salmo 91:1-2 dice: “El que habita al abrigo del Altísimo Morará a la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: «Refugio mío y fortaleza mía, Mi Dios, en quien confío»”. Permaneciendo en Dios, encuentras cobijo, refugio y fortaleza. Es en el lugar secreto donde eres más vulnerable con Dios y experimentas más profundamente Su amor íntimo.
Cuando pasas tiempo con alguien, aprendes más sobre esa persona, e incluso empiezas a parecerte a ella. Cuando pasas tiempo a solas con Dios, aprendes más sobre Él y también es una forma en la que Él te transforma para parecerte más a Él. Pasar tiempo en tu “lugar secreto” con Dios es una forma de elegir el Espíritu sobre la carne (Romanos 8:5-8). Cuando lo haces, tienes una perspectiva más celestial y eterna. Encuentras la capacidad de permanecer agradecido en todas las cosas (Efesios 5:18-21).