¿Debería la iglesia participar en los asuntos y causas sociales?
Se ha discutido mucho sobre si la Iglesia debe involucrarse en asuntos sociales. Algunos afirman que involucrarse en asuntos sociales es pecado, mientras que otros sostienen que no involucrarse es pecado. ¿Qué enseña la Biblia? En primer lugar, la Biblia deja claro que los cristianos están llamados a vivir como ciudadanos serviciales. Romanos 13 y 1 Pedro 2:13-25 describen la vocación cristiana de vivir como ciudadanos respetuosos de la ley y del gobierno. Primera de Pedro 2:13-15 dice especialmente: "Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos". Un cristiano que vive como un buen ciudadano honra a Dios y acerca a los demás al mensaje de Jesús.
En segundo lugar, la Biblia nos ofrece ejemplos de personas piadosas que hablan contra las acciones malvadas de su sociedad. Un ejemplo poderoso se encuentra en Juan el Bautista. Habló en contra del matrimonio inmoral de Herodes. Mateo 14:3-4 dice: "Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla". Hay momentos en los que Dios puede llamar a un creyente a denunciar el pecado en la sociedad. Estos momentos también pueden provocar una intensa persecución.
Tercero, la Biblia presenta ocasiones en las que los creyentes desobedecen las normas del gobierno para obedecer a Dios. Un ejemplo es cuando el gobierno no permite a los cristianos adorar a Cristo. En Hechos 4:19-20 Pedro y Juan respondieron a la orden del Sanedrín de no hablar en el nombre de Cristo: "Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído". Daniel actuó en desobediencia civil cuando el rey estableció la ley de no orar a ningún dios que no fuera el rey durante 30 días (Daniel 6). Sadrac, Mesac y Abed-nego infringieron la ley cuando se negaron a inclinarse ante un ídolo. Dios los salvó milagrosamente de la pena de muerte en un horno de fuego (Daniel 3).
Además de estos principios, hay mucha libertad con respecto a la participación de la iglesia en temas sociales. La Biblia ordena a los creyentes que sean la voz de los sin voz (Proverbios 31:8), pero no especifica los detalles sobre cuándo y cómo debe llevarse a cabo. En la mayoría de los asuntos, cada congregación debe determinar en oración qué temas abordar y de qué manera hacerlo. La verdad del Evangelio no se debe ensombrecer por el activismo social. Sin embargo, tampoco debe descuidarse el servicio a los demás.
Un ejemplo claro es el tema de la libertad religiosa. Muchos mueren por su fe en Cristo cada año en todo el mundo. Aunque la Biblia no da detalles concretos sobre cómo cada iglesia debe involucrarse en ayudar a los creyentes perseguidos, es evidente que la iglesia debe preocuparse por los cristianos perseguidos y ayudar en todo lo posible. La pobreza es otro tema importante. Los cristianos y la iglesia están llamados a preocuparse por los pobres, pero para ello hay que hacerlo de forma muy distinta, ya sea a nivel local o mundial.
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