¿Qué son los evangelios apócrifos?
La definición de la palabra apócrifo es "escritos o declaraciones de dudosa autenticidad". Viene de la palabra griega que significa "oscuro" u "oculto". Mateo, Marcos, Lucas y Juan son los Evangelios canónicos, lo que significa que forman parte del canon bíblico. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, han sido reconocidos como relatos precisos, fidedignos e inspirados por Dios sobre la vida y las enseñanzas de Jesús. En los primeros días de la Iglesia había muchas otras obras literarias que afirmaban registrar otros relatos sobre la vida y las enseñanzas de Jesús; sin embargo, estas obras no se consideraban inspiradas por Dios, autorizadas, y ni siquiera descripciones exactas de los hechos de Jesús. Ni los católicos romanos, ni los ortodoxos orientales, ni los protestantes aceptan estos escritos hoy en día. Los primeros escritos que no son canónicos pero que afirman relatar la vida y las enseñanzas de Jesús se conocen como evangelios apócrifos.
Algunos de los evangelios apócrifos se consideraron recursos útiles por la Iglesia primitiva, pero no se aceptaron como inspirados por Dios. Por lo tanto, no forman parte del canon bíblico. Algunas de estas obras se han perdido. Entre ellas se encuentran: el Evangelio de Andrés, el Evangelio de Bartolomé, el Evangelio de Bernabé y las Memorias de los Apóstoles.
Recientemente, los evangelios gnósticos fueron descubiertos en Egipto en 1945. Los evangelios gnósticos no son auténticos, aunque afirman ser escritos por los apóstoles de la Iglesia primitiva. Incluso en los primeros tiempos de la Iglesia, los gnósticos eran considerados un grupo herético. Algunos de los evangelios apócrifos tienen su origen en grupos heréticos que intentaban utilizar las enseñanzas de Jesús para alcanzar sus propios objetivos. Estas obras incluyen: el Evangelio de Marción, el Evangelio de Tomás, el Evangelio de Judas, el Evangelio de María, el Evangelio de Felipe y el Evangelio de la Verdad.
Algunos de los evangelios apócrifos son absolutamente descabellados. El Evangelio de Pedro contiene relatos de una cruz que habla. Recientemente salió a la luz El Evangelio Secreto de Marcos, que insinúa que Marcos y Jesús podrían haber mantenido una relación homosexual. Algunos eruditos críticos modernos aceptaron este evangelio como verídico durante un tiempo; sin embargo, al investigar más sobre este libro, se descubrió que Morton Smith, el hombre que dijo haberlo descubierto, creó esta historia y que se trataba simplemente de un engaño.
Como existe una gran variedad de contenidos y puntos de vista en los evangelios apócrifos, algunos estudiosos modernos utilizan el término "cristianismos primitivos" para dar a entender que, como había tantos grupos y libros que pretendían ser la verdad sobre Jesús, en realidad nunca hubo una enseñanza única autorizada o exacta sobre Él. Ya que el grupo ortodoxo se convirtió en el más destacado, los Evangelios canónicos que ellos consideraban verdaderos fueron ampliamente aceptados, o eso es lo que se afirma. Lo que estas teorías no reconocen es que la Iglesia primitiva recibió "la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 1:3).
Si examinamos esto más a fondo, vemos que mientras que los Evangelios canónicos presentan un registro único de la vida y las enseñanzas de Jesús, los Evangelios apócrifos presentan puntos de vista muy diferentes que no se encuentran en otros escritos de la Iglesia primitiva. Esto es probablemente porque fueron escritos mucho tiempo después que los Evangelios canónicos. Los estudiosos que intentan dar la misma importancia a todos los evangelios suelen ser más indulgentes con los evangelios apócrifos de lo que justifican el contexto y las pruebas históricas.
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