¿Qué significa esperar en el Señor?

El mandamiento de esperar en el Señor se encuentra muchas veces en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Es importante entender su significado general y específico.

En el Antiguo Testamento, al pueblo de Dios y a las personas se les decía que esperaran en el Señor, lo que en la mayoría de los casos significaba esperar en el cuidado providencial de Dios. En el Nuevo Testamento, esperar en el Señor frecuentemente se refiere a la segunda venida de Jesús. En la mayoría de los casos bíblicos, esperar en el Señor es confianza y esperanza en todo lo que Dios hace.

Aunque suene aburrido, esperar en el Señor es un acto piadoso y firme. Es dejar de lado tus propias habilidades, destrezas y actividades para confiar en las capacidades, destrezas y actividades de Dios. Es una cuestión de tiempo - el de Dios no es el tuyo. Ten la certeza de que Dios está obrando. A veces simplemente no podemos percibirlo. Su amorosa y oportuna intervención es para nuestro bien; incluso cuando no podemos verlo claramente, lo tomamos por fe porque conocemos a Dios y confiamos en Su naturaleza.

Esperar en el Señor es el resultado de depender de Dios y someter nuestra voluntad a Sus condiciones y tiempos. Esperar siempre incluye tiempo y paciencia. Santiago 1:4 dice: "Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna". Esta paciencia es esperar.

En la Biblia, la espera con frecuencia incluye una esperanza y una confianza en Dios, y una expectativa de que Él actuará a nuestro favor en su debido momento (Salmo 62:1, 5). Pablo escribió: "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios" (Romanos 8:18-19).

La espera también implica el descanso. Uno de los pasajes más citados, el Salmo 23, hace referencia al descanso que el pueblo de Dios puede experimentar cuando en "delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma..." (Salmo 23:2-3). "Me hará descansar" puede traducirse como "me hace sentir cómodo". Esto ocurre cuando las ovejas confían en sus pastores naturales y cuando el pueblo de Dios confía en Su Pastor celestial.

Generalmente, nuestra capacidad de confiar en Dios, de esperar en Él, y de tener confianza en Su tiempo, está ligada a nuestra voluntad de dejar de lado nuestra propia agenda, habilidades, destrezas y creatividad. Cambiamos nuestra debilidad por Su fortaleza (2 Corintios 12:9).

Una historia bíblica que ilustra la situación es la de los israelitas que salieron de Egipto, pero que quedaron atrapados frente al Mar Rojo por el ejército del Faraón. Algunos pensaron que seguramente perecerían. Moisés les dijo: "El Señor peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos" (Éxodo 14:14). Estaban atrapados, pero Dios quería que se centraran en Él y en Su liberación, no en las circunstancias. Con frecuencia ocurre lo mismo con nosotros.

También hay ejemplos en la Biblia de quienes no esperaron en el Señor. Cuando Dios le prometió a Abraham que él y su esposa Sara tendrían un hijo, se cansaron de esperar y decidieron tomar el asunto en sus propias manos haciendo que Abraham tomara una esposa sustituta, la criada de Sara, Agar, y tuviera un hijo. Este relato, en Génesis 16-18, muestra el comienzo de siglos de problemas.

Como cristianos, debemos "buscar primero el reino de Dios y su justicia..." (Mateo 6:33). A veces esto significa esperar tranquilamente a que Dios responda. A veces significa avanzar sólo en los caminos que sabemos que son guiados por Dios, y a veces significa continuar sólo en la actividad que Él ha bendecido hasta ahora. Todo el tiempo, nuestros ojos deben estar pendientes de la obra y la guía de Dios.

Esperar en Dios no es como esperar en una larga fila en un parque de diversiones. No estamos esperando sin hacer nada más hasta que se cumplan nuestros deseos. Más bien, es como la forma en que un mesero de alto nivel observa para ver las necesidades y la dirección de las personas en una mesa que sirve. Servimos activamente a Dios y nos ponemos en sintonía con Él mientras esperamos pacientemente que cumpla Sus planes. El Salmo 123:2 lo expresa de esta manera: "He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran al Señor nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros".

Nuestra confianza en Dios y la expectativa de Su amorosa obra en nuestras vidas le muestra a Él (y a los demás) nuestra fe en Su bondad. Ponemos a un lado nuestras propias capacidades y nuestra autosuficiencia para confiar en Él.

"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho" (1 Juan 5:14-15).

Esperar en el Señor renueva nuestras fuerzas (Isaías 40:31). Cuanto más nos acerquemos, le conozcamos y meditemos en Su bondad, más fácilmente podremos esperar en él. La oración y el estudio de la Biblia son las mejores maneras de hacerlo.

No te desesperes cuando parezca que Dios tarda más de lo que deseas para actuar a tu favor. Él lo sabe. Es quien mejor lo sabe. "Por tanto, el Señor esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque el Señor es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él" (Isaías 30:18).



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