¿Qué es lo que causa las divisiones en la iglesia?
Las divisiones en una iglesia, o la separación de una iglesia en dos o más iglesias, pueden deberse a muchas causas. Las divisiones de una iglesia son con frecuencia dolorosas, por lo que es necesaria la sanidad entre las personas que se ven afectadas. Algunas divisiones se producen por cuestiones doctrinales. Por ejemplo, si una denominación religiosa ya no considera la Biblia como la Palabra inerrante de Dios, entonces suele producirse una división entre los que están de acuerdo con la decisión de la denominación y los que no. Ya que esta es una creencia central, aquellos que defienden la inerrancia de las Escrituras buscarán, con toda razón, separarse de la denominación de la iglesia, lo que dará como resultado que la iglesia se separe de la denominación o que se divida en una iglesia diferente.
A veces una iglesia se divide por causa de un escándalo de un líder de la iglesia o de algún miembro conocido. Algunos pueden estar en desacuerdo con la forma en que otros líderes manejan la situación y deciden irse o comenzar una nueva iglesia. Otros pueden sentirse tan heridos y traicionados que sienten que no pueden seguir asistiendo a la iglesia. Un líder de la iglesia puede sentirse maltratado y fundar una nueva iglesia, y algunos pueden seguirle. En este tipo de situaciones se requieren conversaciones honestas, autocrítica y orar por sabiduría (Mateo 18:15-20; 1 Corintios 5:9-13; 1 Timoteo 1:17-25).
Otras veces una iglesia se divide debido a un conflicto con respecto a un proyecto de construcción u otra actividad de la iglesia o un cambio importante en la estructura o estilo. En estas situaciones, cada familia necesita orar respecto al llamado de Dios. A veces es conveniente abandonar una iglesia, incluso por cuestiones de estilo, pero la manera en que una persona se va es lo que cuenta. Los chismes, las divisiones innecesarias, las disputas sobre asuntos no esenciales, el orgullo, el menosprecio de los demás y la falta de oración para que Dios dé Su sabiduría son comportamientos inadecuados (Romanos 12:16; 1 Corintios 1:11-17; Efesios 4:29-32; Tito 3:10-11; Santiago 1:5; 4:1-12). Si una persona piensa que Dios la está llamando a otro lugar, es recomendable tener una conversación con el liderazgo de la iglesia actual antes de irse. Por lo general, lo mejor para quien abandona una iglesia es ir a una iglesia local ya establecida. Dividir una iglesia existente en dos grupos opuestos generalmente no conduce a la unidad en el cuerpo universal de Cristo.
Desafortunadamente, muchas divisiones de iglesias están relacionadas con alguna clase de pecado o problema de comunicación o liderazgo. Es necesario abordar estos asuntos para ayudar a la iglesia a volver a la reconciliación y buscar la sanidad de la iglesia entre sus miembros. Las personas involucradas con frecuencia están heridas y necesitan un tiempo de sanidad. Se deben admitir o confesar los errores, y se necesita un tiempo de perdón. Con oración y humildad, se pueden tratar los problemas, reconciliarse cuando sea posible y llevar a cabo el proceso de sanidad. En última instancia, una iglesia es tan sana como lo son sus miembros. Cuando los miembros se sienten heridos, por lo general se necesita atención individual para ayudar a cada persona a crecer, perdonar y seguir adelante.
A veces, una consulta externa puede ayudar en la división de una iglesia. Ya sea un líder denominacional o un consejero externo, una voz fresca con experiencia en tratar problemas de iglesias puede brindar asistencia y un plan para sanar las heridas del pasado y comenzar de nuevo. En los casos en los que un pastor se ha marchado como resultado de una división de la iglesia, un pastor interino también puede ser de gran ayuda. Este líder transitorio puede impartir enseñanzas semanales y ofrecer atención pastoral mientras la iglesia se recupera y busca una dirección para el futuro.
Primera de Corintios 12 habla de la importancia de la iglesia como cuerpo. Cada persona tiene una función que desempeñar para contribuir a la unidad y el crecimiento de la iglesia. Cuando cada persona decide involucrarse y ayudar, el poder de la iglesia aumenta y se puede producir la sanidad para ayudar a cambiar la iglesia y las vidas de las personas.
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