¿Qué son los demonios según la Biblia?

Los demonios son ángeles malvados / caídos que siguen a Satanás en lugar de a Dios. Cuando Satanás fue expulsado del cielo, los demonios cayeron con él en lugar de permanecer en su lugar como ministros del bien de Dios. De alguna manera, el mal se encontró en ellos (Ezequiel 28:15). Una descripción de la caída de Satanás y sus demonios se puede encontrar en Apocalipsis 12: 9, que dice: "Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra." La caída de Satanás también se muestra, simbólicamente, en Isaías 14: 12-15 y Ezequiel 28: 12-15.

Apocalipsis 12: 4 podría tal vez indicar que un tercio de los ángeles cayó con Satanás, pero esto no está explícitamente establecido. El pecado de los ángeles también se menciona en Judas 1: 6-7. Debido a que el versículo 7 compara los pecados de los ángeles con los pecados de Sodoma y Gomorra (es decir, "ir tras deseos contranaturales"), este pasaje puede interpretarse como una referencia a aquellos demonios que vinieron a la tierra y se involucraron en actividades sexuales con mujeres humanas, produciendo a los Nefilim (Génesis 6: 4).

¿Cuál es el propósito de los demonios? Así como los ángeles de Dios son enviados para alabarlo y ayudar a los creyentes, Satanás y sus demonios están empeñados en mancillar el nombre de Dios en la tierra y en la destrucción y el engaño de todos aquellos que le aman y le sirven (1 Pedro 5: 8; 2 Corintios 4: 4, 11: 14-15). La Biblia llama a los demonios "espíritus malignos" e "inmundos" (Mateo 10: 1; Marcos 1:27 – RVR 1960) y afirma que son en verdad los ángeles de Satanás (Apocalipsis 12: 9). Satanás y sus demonios también atacan a los cristianos (2 Corintios 12: 7, 1 Pedro 5: 8) y luchan con los santos ángeles (Apocalipsis 12: 4-9). Los demonios, como los santos ángeles, son seres espirituales que a veces pueden tomar forma física (2 Corintios 11: 14-15).

Los demonios son poderosos, y la Biblia indica que cualquier ser humano que juega con ellos está entrando en territorio necio y peligroso (2 Pedro 2: 10-12, Hechos 19: 13-16). Sin embargo, aunque los demonios / ángeles caídos son enemigos de Dios y la humanidad, son enemigos derrotados. Satanás puede ser el príncipe de este mundo, pero mayor es Él que está en nosotros que aquellos que están en el mundo (Efesios 2: 2, 1 Juan 4: 4).