¿Qué dice la Biblia?
Como criaturas finitas y limitadas en el tiempo, no existe en nosotros ni en este mundo ningún punto de comparación que nos permita comprender la plenitud de las características de Dios. La reacción de Job cuando se encontró con el Señor incluyó un silencio absoluto, seguido de un profundo rechazo de sí mismo y arrepentimiento. Cuando se enfrentó a la santidad de Dios, Isaías experimentó pavor y llegó a ver su propio pecado e indignidad. En el monte Sinaí, Dios reveló muchas de Sus características a Moisés. Moisés inclinó la cabeza hasta el suelo y adoró a Dios. Ver las características de Dios nos lleva a maravillarnos y asombrarnos ante Su santidad y nos hace vernos a nosotros mismos a la luz de lo que Él es. La única respuesta apropiada a la revelación del Señor Dios es doblar las rodillas y confesar con la lengua que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:9-11).