¿Cuál es la importancia del bautismo de Jesús?

Juan el Bautista impartió un bautismo que sirvió como señal de arrepentimiento, aunque Jesús estaba libre de pecado (Hebreos 4:15). Entonces, ¿por qué Juan bautizó a Jesús?

En un principio, hasta Juan el Bautista trató de desestimar la petición de bautismo de Jesús. Le dijo: "Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?". (Mateo 3:14). Juan reconoció que Jesús era el Cordero de Dios sin mancha (Juan 1:29) que no necesitaba ser bautizado para mostrar Su arrepentimiento. Entonces, accedió después de que Jesús respondiera: "Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia" (Mateo 3:15).

Varios factores explican por qué el perfecto Hijo de Dios decidió ser bautizado. Primero, Jesús quiso establecer una clara conexión con Juan el Bautista. Juan era la "voz del que clama en el desierto" (Mateo 3:3; Isaías 40:3), que actuaba como el Elías que había de venir. Como el encargado de anunciar al Mesías, era apropiado que dedicara a Jesús a Su ministerio público.

En segundo lugar, el bautismo de Jesús conectó la humanidad de Jesús con el resto de la humanidad. Aunque no tenía pecado, tomó la forma de un hombre y se identificó con las experiencias humanas. Esto incluía también Su experiencia de ser bautizado, una práctica que posteriormente ordenaría a todos Sus seguidores (Mateo 28:18-20).

En tercer lugar, el bautismo de Jesús sirvió de ejemplo para que otros creyentes lo siguieran. En Mateo 28:18-20 leemos: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Jesús comenzó Su ministerio público con el bautismo; terminó Su ministerio público con un mandato para que Sus seguidores bautizaran a otros.

Cuarto, el bautismo de Jesús aportó la primera mención explícita en el Nuevo Testamento que incluía a los tres miembros del Dios Trino. Mateo 3:16-17 dice: "Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". Jesús, el Espíritu y la voz de Dios Padre aparecen a la vez, revelando la singularidad de cada Persona de la Trinidad, al tiempo que se afirma su unidad esencial.

En síntesis, el bautismo de Jesús por Juan el Bautista tuvo un enorme significado teológico. Afirmó a Jesús como el Mesías del que hablaba Juan, reveló la humanidad de Jesús, proporcionó un ejemplo para otros y mostró una hermosa imagen del Dios Trino entre los primeros seguidores de Jesús.