¿Cómo puede Jesús ser Dios si 'Dios no es hombre', de acuerdo con Números 23:19?
Los cristianos afirman que Jesús es Dios y hombre al mismo tiempo. Jesús es Dios en la carne, vivió una vida sin pecado, murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó. La Biblia dice que si pones tu fe en Jesús, te conectarás con Dios por la eternidad. Lo que Jesús hizo, junto con tu fe, es lo que te salva. Para la salvación es decisivo que Jesús sea a la vez Dios y humano. Sin embargo, algunos han afirmado que el Antiguo Testamento demuestra que Jesús no puede ser Dios en virtud de Números 23:19. Dice: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?". Oseas 11:9 y 1 Samuel 15:29 también dicen que Dios no es humano. El mismo Jesús dice varias veces que es el Hijo del Hombre, reivindicando su humanidad. Entonces, ¿podría también ser Dios?
Debemos tener cuidado de mirar los versículos en su contexto apropiado y no derivar de ellos un significado que no es el deseado. Echemos un vistazo al panorama general.
Jesús afirmó ser Dios (Juan 8:58; 10:30; 14:10-11) y ser un hombre. Mucha gente ha afirmado ser Dios, pero Jesús demostró Sus declaraciones de divinidad mediante Su poder y acciones, sobre todo con Su resurrección. En la Biblia queda claro que Jesús es a la vez Dios y hombre. ¿Cómo puede ser eso posible si Números 23:19 también es cierto?
En primer lugar, hay que entender que no descartamos el Antiguo Testamento porque Jesús vino y estableció el nuevo pacto (acuerdo). Jesús no abolió el Antiguo Testamento, sino que lo desveló y lo cumplió, como dijo en Mateo 5:17. Pablo trata este tema, en parte, en Colosenses 2:16-17: "Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo". Jesús reveló verdades insinuadas, pero que no se entendían bien en el Antiguo Testamento: Él era la sustancia de la sombra. A esto le llamamos revelación progresiva.
Ahora, veamos si podemos entender mejor los pasajes del Antiguo Testamento que dicen que Dios no es humano. En Números y otras referencias, Dios está siendo comparado con seres humanos imperfectos. Él no es como los humanos: No miente; no cambia; cumple Sus promesas. Los escritores de Números, 1 Samuel y Oseas no están haciendo declaraciones doctrinales sobre la forma de Dios. Más bien, están haciendo declaraciones sobre Su carácter. Él no es como el hombre. ¡De eso podemos estar seguros, y estar agradecidos!
El Antiguo Testamento no describe cómo se cumplirán las promesas de Dios al enviar al Mesías, sólo que lo enviará. Se puede ver la confusión de la mayoría de los líderes religiosos en la época de Jesús porque esperaban algo diferente a lo que encontraron. Jesús no vino a liberarlos de la opresión de los romanos, sino de la opresión del enemigo de sus almas. Él es a la vez Dios y hombre, un concepto que resulta extraño incluso hoy en día. Tanto es así que tenemos un término teológico especial para ello—la unión hipostática—y todavía nos cuesta entender la realidad de la doble naturaleza de Jesús.
Números 23:19, Oseas 11:9 y 1 Samuel 15:29 no se contradicen con la pretensión de divinidad de Jesús. Por el contrario, hablan del carácter de Dios, que es perfecto y no está contaminado por el pecado, a diferencia del carácter humano. La pregunta definitiva para cada persona ahora es qué hacer con respecto a las afirmaciones de Jesús de ser Dios. ¿Confiarás en que Él es quien dice ser y creerás en Él para la salvación?
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