¿Es Dios justo?

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En resumen:

Dios es perfectamente justo, recompensa a los justos y disciplina a los injustos. Pero Dios también es clemente y misericordioso al permitir que la humanidad pecadora sea justificada mediante la fe en Jesucristo.

Del Antiguo Testamento

  • Cuando Moisés estaba traspasando el liderazgo a Josué, Dios lo inspiró a escribir una canción como testimonio para que los israelitas recordaran la verdad sobre Dios y Su trato con ellos como nación, a pesar de la continua rebelión de ellos. Moisés dijo de Dios: “¡La Roca! Su obra es perfecta, porque todos Sus caminos son justos; Dios de fidelidad y sin injusticia, justo y recto es Él” (Deuteronomio 32:4).
  • Dios gobierna desde Su trono con justicia, rectitud y equidad (Salmo 9:4, 8, 9:7-8, 45:6, 89:14, 98:9).
  • El Señor establece y exige la equidad (Salmo 99:4, Proverbios 16:11).
  • Las leyes de Dios son justas (Salmo 19:9, 119:137).
  • Dios se deleita en la rectitud y la justicia (Salmo 11:7, 33:5, 37:28, Jeremías 9:24).
  • La justicia de Dios forma parte de Su cuidado por las personas (Salmo 36:6, Isaías 61:11).
  • Dios juzga a todos con equidad (Salmo 96:10).
  • La justicia de Dios es eterna (Salmo 119:142).
  • El Mesías, Jesús, traerá la justicia y gobernará a las naciones con equidad (Isaías 9:7, 42:1).

Del Nuevo Testamento

  • Los juicios de Dios son perfectos e imparciales (Hechos 10:34, Romanos 2:11, 11:33).
  • Los juicios de Dios son completamente justos (Romanos 3:6, 1 Pedro 2:23).
  • Todas las personas serán juzgadas con justicia y son responsables ante Dios (Romanos 14:12, 2 Corintios 5:10, Apocalipsis 20:11-15).
  • Jesús es justo y recto (Hechos 17:31; Apocalipsis 19:11).
  • Dios recompensa a los justos (Marcos 10:29-30, 1 Corintios 3:10-15, Colosenses 3:23-24, Hebreos 11:6, 2 Timoteo 4:7-8).
  • Dios disciplina a los malvados (Mateo 25:41-46, 2 Tesalonicenses 1:5-9, Romanos 12:19, 2 Pedro 2:9).

Implicaciones para hoy

Dios no solo es perfectamente justo y recto, sino también misericordioso y clemente. Todos los seres humanos merecemos la justicia de Dios: morir y ser separados de Él por toda la eternidad a causa de nuestro pecado (Romanos 3:23, 6:23). Sin embargo, Dios eligió reconciliar consigo mismo a una humanidad injusta y pecadora mediante el sacrificio de Su propio Hijo, Jesucristo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo , que dio a Su Hijo unigénito , para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Pablo escribió en Romanos: “a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús” (Romanos 3:25-26). Jesús pagó el precio de nuestros pecados con Su muerte sacrificial en la cruz y Su resurrección de entre los muertos. Porque Dios es justo y ama a la humanidad, envió a Jesús para salvar al mundo del castigo del pecado: la muerte eterna y la separación de Dios. La Biblia dice que Jesús se hizo pecado por nosotros, llevó nuestros pecados en Su cuerpo y pagó todo el castigo por nosotros mediante Su muerte en la cruz (2 Corintios 5:21, 1 Pedro 2:24, 1 Juan 2:2). Por la fe en Jesucristo, una persona es liberada del castigo de la muerte y recibe el don de la vida eterna (Efesios 2:8-9). En un mundo de injusticia, los cristianos están llamados a ser la sal y la luz del mundo (Mateo 5:13-16). Como Dios, debemos ser justos en todos nuestros tratos. Jesús enseñó que no debemos juzgar a los demás a la ligera, pues con la misma medida seremos medidos (Mateo 7:1-5). Pero los cristianos debemos recordar que nuestros juicios no son perfectos. Por ello, debemos inclinarnos hacia la misericordia: “Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia. La misericordia triunfa sobre el juicio.” (Santiago 2:13). Dios es el único juez perfecto, y toda venganza le pertenece a Él (Romanos 12:19). Entonces, ¿qué debemos hacer cuando la gente nos persigue y nos trata injustamente? Romanos 12 nos da la respuesta: “Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza». No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien” (vv. 20-21). En otras palabras, debemos reflejar el carácter de Dios, amando y orando por quienes nos odian, siendo misericordiosos y dejando la venganza y el juicio a Dios para el momento que Él elija, sabiendo que Él es perfectamente justo.

Comprende

  • La perfección de Dios lo hace justo.
  • Dios es perfectamente justo y juzga a todos con imparcialidad.
  • Dios no es solo justo; Él es extraordinariamente bueno y misericordioso.

Reflexiona

  • ¿Cómo afecta la comprensión de la justicia de Dios a tu confianza en Su juicio y guía en tu vida?
  • ¿Cuándo has luchado con la sensación de que Dios era injusto, y cómo Su misericordia y Su gracia transforman esa perspectiva?
  • ¿Cómo puedes reflejar la justicia y la misericordia de Dios en tus interacciones con los demás?

Ponlo en práctica

  • ¿De qué manera el reconocimiento de la perfecta equidad de Dios desafía la forma en que vemos la justicia en el mundo?
  • ¿Qué podemos aprender de la perfecta justicia y gracia de Dios, y cómo se aplica esto a la forma en que manejamos los conflictos o el trato injusto en nuestras vidas?
  • ¿Cómo influye nuestra comprensión de la justicia de Dios, junto con Su gracia y misericordia, en nuestra manera de compartir el Evangelio con los demás?