¿Qué significa que Dios es justo?

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En resumen:

La justicia de Dios es una parte fundamental de Su carácter. Significa que Dios siempre sostiene lo que es moralmente bueno y recto y, debido a Su perfección, tiene la autoridad para castigar lo moralmente corrupto y recompensar lo moralmente justo.

Del Antiguo Testamento

  • Dios estableció Su trono sobre los cimientos de la rectitud y la justicia (Salmo 89:14).
  • Dios ama y se deleita en la justicia (Salmo 11:7, 33:5, 37:28; Jeremías 9:24).
  • La justicia de Dios es parte de Su cuidado por las personas (Salmo 36:6; Isaías 61:11).
  • El gobierno de Su reino se basa en la justicia (Salmo 45:6).
  • La justicia de Dios es eterna (Salmo 119:142).
  • Dios juzgará al mundo con justicia y equidad (Salmo 98:9).
  • El gobierno del Mesías se basa en la justicia y la rectitud (Isaías 9:7).
  • El Mesías, Jesús, traerá la justicia a las naciones (Isaías 42:1).

Del Nuevo Testamento

  • Los juicios de Dios son perfectos (Romanos 11:33).
  • Los juicios de Dios son imparciales (Hechos 10:34; Romanos 2:11).
  • Todos seremos juzgados y rendiremos cuentas ante Dios (Romanos 14:12; 2 Corintios 5:10; Apocalipsis 20:11-15).
  • Dios recompensa a los justos que lo siguen y andan en Sus caminos (Marcos 10:29-30; 1 Corintios 3:10-15; Colosenses 3:23-24; Hebreos 11:6; 2 Timoteo 4:7-8).
  • Dios castiga a los malvados e injustos (Mateo 25:41-46; 2 Tesalonicenses 1:5-9; Romanos 12:19; 2 Pedro 2:9).

Implicaciones para hoy

Comportarse con justicia significa actuar y ser conforme a lo que es moralmente recto y bueno. El concepto de justicia está relacionado con el merecimiento: quienes se corrompen moralmente serán castigados, mientras que los justos serán recompensados. Estos principios de justicia y rectitud son la base sobre la que Dios opera. Sabiendo que Dios es justo, ¿por qué vemos tanta injusticia en el mundo? La respuesta es el pecado (Génesis 3). Desde Adán y Eva, toda la humanidad ha elegido pecar, trayendo maldad e injusticia al mundo (Romanos 5:12-21). Nuestro pecado sigue teniendo efectos en nuestro mundo. Aunque Dios es justo, también es misericordioso y paciente, y no quiere que nadie perezca (2 Pedro 3:8-10). Él ha permitido que el mundo continúe en su estado caído porque anhela redimir, restaurar y liberar a las personas de la esclavitud del pecado y de la muerte. La buena noticia es que Dios amó tanto al mundo que envió a Su Hijo, Jesucristo, para redimir a la humanidad del pecado y de la muerte (Juan 3:16). Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, derramando Su sangre perfecta, muriendo en nuestro lugar y recibiendo el castigo que merecíamos (1 Pedro 1:18-20, 3:18). Tres días después, Jesús resucitó de entre los muertos, venciendo al pecado y a la tumba y demostrando ser el Salvador del mundo. Al creer en Jesucristo, somos justificados ante Dios, redimidos y liberados para vivir en justicia como hijos de Dios. Él demostró Su gracia y Su justicia a través del sacrificio de Cristo. “Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús” (Romanos 3:24-26). ¿Y qué hay de ti? ¿Has creído en Jesús? ¿Te has reconciliado con Dios o sigues cautivo de tus pecados? ¿Estás listo para presentarte ante el trono del juicio de Dios? Dios te ama, es misericordioso y desea que creas en Su Hijo, Jesús, para que recibas vida eterna y comiences una relación para siempre con Él.

Comprende

  • Dios es perfectamente justo y recto.
  • Todos son responsables ante Dios por sus acciones.
  • Dios es totalmente justo, pero también misericordioso, porque se entregó a Sí mismo para morir por nuestros pecados.

Reflexiona

  • ¿De qué manera el hecho de saber que Dios es perfectamente justo desafía tu forma de responder a la injusticia en tu propia vida?
  • ¿En qué aspectos de tu vida te cuesta confiar en la justicia y en los tiempos de Dios?
  • ¿Cómo influye en tu relación con Dios el saber que Su misericordia actúa junto con Su justicia?

Ponlo en práctica

  • ¿Cómo podemos conciliar la justicia de Dios con la presencia de la injusticia en el mundo actual?
  • ¿Qué nos enseña la imparcialidad de Dios sobre cómo debemos tratar a los demás?
  • ¿De qué manera comprender la justicia de Dios nos anima a vivir con más rectitud y a compartir el Evangelio?