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¿Qué significa que Jesucristo venció a la muerte?
Jesucristo venció a la muerte mediante Su resurrección. Murió y resucitó al tercer día, para no volver a morir jamás, y así es como verdaderamente venció a la muerte. Jesús dijo: "Yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades" (Apocalipsis 1:17-18). La clave de que Cristo venciera a la muerte está en la frase "por los siglos de los siglos". Otras personas han muerto y resucitado, pero todas acabaron muriendo de nuevo (ver 1 Reyes 17:17-24; 2 Reyes 4:32-37; Marcos 5:39-43; Juan 11:38-44). Sólo Jesús resucitó para no volver a morir.
Jesús es el único líder religioso que predijo Su propia muerte y posterior resurrección (Mateo 16:21), enseñó sobre esa base (Juan 2:18-22; Mateo 27:40, 62-66) y cumplió Su palabra (Lucas 24:6; 1 Corintios 15:3-7). La muerte y resurrección de Jesús no sólo fue el cumplimiento de Sus propias palabras, sino también de numerosas profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías (Salmo 16:10; Isaías 25:8; Oseas 13:14; 1 Corintios 15:54-55). Jesús ascendió al cielo, donde permanece sentado a la diestra de Dios (Hechos 1:6-11; Lucas 22:69; Romanos 8:34).
La razón por la que Jesús pudo vencer a la muerte es porque no tiene pecado. Pedro dice: "por cuanto era imposible que fuese retenido por ella (la muerte)" (Hechos 2:24). La caída de la humanidad en el jardín del Edén trajo consigo una maldición que incluye la muerte para todos los que pecan (Génesis 2:17). Romanos 6:23 dice: "La paga del pecado es muerte". Jesús vivió sin pecado (1 Pedro 2:22); por lo tanto, la muerte no podía tener poder sobre Él. Jesús dio Su vida voluntariamente para que nosotros pudiéramos, en Él, ser salvos de la maldición eterna del pecado (Juan 10:17). Si leemos el resto de Romanos 6:23, veremos la buena noticia: "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro".
Antes de su muerte y resurrección, Jesús habló de lo que estaba por venir: la vida eterna: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente" (Juan 11:25-26; cf. Juan 3:16; Hechos 16:31). Como creyentes en Cristo, ya no tenemos miedo a la muerte porque, en Cristo, tenemos la promesa de la resurrección eterna. Jesús dijo: "porque yo vivo, vosotros también viviréis" (Juan 14:19). Sólo Cristo venció a la muerte, y ahora nosotros también podemos ser "más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:37).
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