Dios es inmutable. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testamento, cuyo carácter y plan redentor se revelan a través de Su relación con Su pueblo.
Aarón fue una figura vital en el éxodo de los israelitas y en el liderazgo del pueblo. Su vida es un testimonio de la santidad y la gracia de Dios.
La profecía maya de 2012 es una mala interpretación del calendario maya, no una predicción del fin del mundo. Por ello, los cristianos deben vivir fielmente en el presente, en lugar de especular sobre las fechas del fin del mundo.